Soraya confiesa estar enamorada. Su novio, Jonatan, viaja a menudo a Tokio por negocios.

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La cantante extremeña Soraya ha estado en Palma tratando con la dirección de Quina nit una participación en dicho programa. Por lo visto, las conversaciones han llegado a un feliz término.

Soraya, radiante, rubia y hermosa, está blanquita por falta de tomar el sol, señal de que el trabajo se lo ha impedido. La cantante recordó su paso por Palma de sus tiempos de azafata. «Fue sólo unos meses, en los que hice amigos que aún conservo. Siempre iba por los mismos sitios: Jaime III para las compras y el casco antiguo y el Paseo Marítimo, Pachá (Abraxas, hoy) me gustaba mucho, para pasar el rato».

Hay que hablar de OT y, sobre todo, de Risto. «El programa, ahora, por trabajo, no lo veo. Y de Risto... Bueno, pues ¡menos mal que no me tocó!, aunque pienso que es un personaje porque luego, en persona, es un encanto. No le he tenido delante como jurado, pero como persona lo conozco y sé perfectamente que lo que dice son verdades; dice lo que piensa, pero como está en la tele lo exagera un poco. Tampoco creo que lo suyo sea un montaje, ni que tiene las cosas preparadas. Él ve la actuación, toma notas y luego da su opinión, diciendo lo que piensa, a veces en contra de la opinión de sus compañeros de jurado»

De Rusia opina que bien; que es un país «al que no me iría de vacaciones, pero que haría el Transiberiano desde Moscú a Vladivostock».

Está claro que para ella, Rusia y Moscú quedan en el recuerdo. «Han quedado atrás. Prueba de ello es que he sacado un disco, Caminaré, que lo dice todo: que no me paro, sino que sigo adelante. He cerrado un capítulo y a otra cosa. ¡Hombre...!, te acuerdas de lo que has vivido, porque para bien o para mal, uno aprende. ¿Eurovisión...? Pues ¡quién sabe! Tal vez si nos ha ido así, es porque no gustamos a Europa tanto como nos imaginamos. O porque a lo mejor pensaron que como en fútbol somos campeones de Europa ya estamos servidos. Pero yo creo que tampoco merecía quedar en el puesto 23».

Pedro Prieto

Foto: Julián Aguirre