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La quiebra de Futura, la suspensión de actividad de LTE y la reestructuración habida en Spanair y en su ex compañía filial AeBal en 2008, convirtieron al aeropuerto de Palma en un auténtico cementerio de aviones, al tenerse que quedarse en tierra de forma obligatoria en la plataforma de estacionamiento de aeronaves de Son Sant Joan, en los aledaños del hangar de mantenimiento de Globalia.

El número máximo de aviones parados de forma forzosa desde octubre del pasado año, tras la quiebra de Futura, fue de ocho, cifra que ha ido variando a medida que han pasado los meses al resolverse las gestiones administrativas de cada avión. Curiosamente, en esta coyuntura la compañía aérea mallorquina Hola Airlines, en una operación a tres bandas, se interesó desde el primer momento por hacerse cargo del mantenimiento de esta flota parada, con el fin de revisarlos y ponerlos de nuevo en activo.

Su director general, Mario Hidalgo, explica que los acuerdos con los propietarios de los aviones han transcurrido de forma normal. «Nuestra compañía cuenta con servicio de mantenimiento y vimos una oportunidad de negocio, de ahí que llegamos a un acuerdo con los propietarios de estos aviones para hacerles la revisióna aquí en Son Sant Joan. La flota parada ha sido en su totalidad de la gama Boeing 737-400 y el trabajo más arduo ha sido el cambio de motores y la homologación de toda la documentación de los aviones».

Hidalgo añade que un avión de estas características «dispone de unas 50 cajas de documentación, la cual tiene que ser certificada pieza por pieza, tal y como obliga Aviación Civil para permitir que estos aviones parados vuelvan a poder volar con todas las garantías de seguridad».

Hola Airlines, de este modo, ha creado actividad económica en la Isla con el mantenimiento de esta flota parada y evitado que se hiciera el mismo en otros aeropuertos, caso de París, Budapest, Bruselas, Frankfurt o el Cairo.

«Hemos logrado traer aviones afectados por quiebras de otros aeropuertos y mantenerlos aquí, para lo cual los principales propietarios, turcos y americanos, han confiado en nosotros. La puesta al día de esta flota es muy costosa, pero también es cierto que posibilita que nuestro departamento de mantenimiento tenga trabajo. Todos los aviones se encuentran en venta o en disposición de ser alquilados», puntualiza Hidalgo.