TW
0
J.MESTRE/TORRES BLASCO Balears dejó ayer la presidencia de la Eurorregión con una «espinita clavada». No haber conseguido que se vuelva a incorporar Aragón, que abandonó este lobby de regiones por discrepancias por Catalunya. «Todos queremos que Aragón vuelva a incorporarse a la Eurorregión, pero el tema todavía no ha estado lo suficientemente maduro», dijo Antich en presencia de José Montilla, presidente de Catalunya; Georges Freche, presidente de Languedoc-Roussillon y Matin Malvy, presidente de Midi-Pyrénées. Precisamente, Freche, que a partir de ahora asumirá la presidencia de la Eurorregión, dijo que intentará durante su mandato que Aragón «vuelva a ser amigo de Catalunya».

Palma fue ayer el escenario del punto y final de la presidencia de Balears. Los distintos presidentes de las regiones que forman la Eurorregión agradecieron el trabajo realizado por Balears. De hecho, Antich anunció que se planteará un debate interno con el fin de crear el primer eurocampus universitario con el fin de promover la movilidad de los 500.000 universitarios que hay entre las cuatro regiones de la Eurorregión.

El relevo de presidencia se hizo efectivo en el Castell de Bellver. El acto fue, por encima de todo, un homenaje al primer presidente de la eurorregión, el socialista Pasqual Maragall, al que todos los intervinientes describieron como un «buen amigo». Antich destacó además, que era un «buen amigo de Balears».

Entre el público, en lugar destacado, la presidenta del Consell, Francina Armengol, que además preside otra eurorregión, la del Arc Llatí.
Freche tampoco defraudó. Líder populista y políticamente incorrecto, dejó de lado los papeles del discurso que le habían preparado y, vibrante, levantó el tono de una ceremonia bastante cansina y protocolaria. Según Freche, Maragall es uno de los pocos amigos que tiene en política. Al final, cóctel frente a la Bahía.