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LAURA MOYÀ La Junta de Govern aprobó ayer el proyecto de desamiantado y demolición de tres edificaciones de Son Riera, conocido popularmente como Son Banya. De esta manera, finaliza la parte técnica y administrativa del proceso, que no implicará ni el realojo de los habitantes ni el derribo inmediato. Según el teniente de alcalde del área de Benestar Social i Participació Ciutadana, Eberhard Grosske, con el acuerdo adoptado ayer «se ha abierto la puerta a que puedan llevarse a cabo las demoliciones» una vez que se haya pactado con las familias «el desalojo».

«El proyecto de desamiantado y demolición no afectará sólo a estas tres chabolas, también será válido para el resto», afirmó Grosske. El presupuesto para los tres derribos es de 24.708 euros, de los cuales 21.002 serán para la empresa que se encargará del trabajo, que se abonarán una vez ejecutada la demolición.

El teniente de alcalde aseguró que de momento no se ha desalojado a nadie. «Mantenemos contactos con varias familias para propiciar su realojo», explicó Grosske. Sin embargo, no quiso determinar cuántas familias están dispuestas a abandonar Son Banya. En relación a cuándo podrían empezar los desalojos, Grosske afirmó que espera que puedan iniciarse «antes de un año».

«El objetivo es que todo el mundo deje Son Riera, pero hay que dar un margen a la negociación y buscar una solución al problema». En el momento en que una familia decida aceptar el realojo y se marche de Son Banya, el derribo de la vivienda será inmediato. «No se reconstruirán de nuevo», afirmó el teniente de alcalde.