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Pedro Prieto Anoche finalizó el XIV Campeonato de España de Bailes Latinos, que a lo largo del fin de semana se ha celebrado en la Sala Paladium de Casino de Mallorca. La noticia es que, por primera vez, no ha sido en un palacio de deportes, que es donde se vienen realizando hasta la fecha.

Ha organizado el evento la Asociación Española de Baile Deportivo y de Competición, que ha contado con la colaboración técnica de Victory's.
Ha sido, sin duda, un gran espectáculo. En realidad, el baile latino en sus modalidades de pasodoble, cha-cha, samba, rumba-bolero y jive, lo es de por sí. Imagínense si encima va en ello un título, como el de España, que supone el reconocimiento para poder optar a otros títulos, ahora internacionales. Son, por otra parte, bailes que se hacen por parejas, de acuerdo a unos cánones y normas, pero que dan pie a la creatividad y a la imaginación. Bailes de cuerpos delgados, sin grasa, a todo ritmo; bailes de cuerpos que son pura fibra, embutidos en vestimentas blancas, negras, rojas, azules, transparentes, algunos con pedrería, además muy ajustadas y sensuales que los hacen más atractivos, y que a ritmo de la música cimbrean como juncos azotados por el viento. Bailes de cuerpos casi perfectos, y no por casualidad. La genética, que duda cabe, juega su baza, pero si no consigues una buena puesta a punto física a costa de no pocos sacrificios y muchas horas de entrenamiento, es imposible alcanzar ese estado. Como tampoco es cuestión de suerte subirse el podio. Porque a no ser que el mejor "sobre todo mejor que tú" tenga un mal día, arriba sólo están los mejores, entre otras razones porque una docena de jueces, todos con muchas horas de oficio, no dejan, ni pasar ni una ni avanzar a nadie hacia otra eliminatoria si no demuestra que es el mejor.