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M.JUNCOSA Los puertos de interés general de la comunidad autónoma (Palma, Alcúdia, Maó, Eivissa y La Savina-Formentera) registraron un tráfico de 2'025 millones de toneladas en mercancías en los dos primeros meses del año, lo que supuso una caída del 17 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, según reflejan las estadísticas de la Autoritat Portuària de Balears.

La caída del tráfico se debe al desplome del consumo y especialmente al hundimiento del sector de la construcción, circunstancia que explica los descensos de los transportes de materiales de la construcción y de sus industrias auxiliares, según confirman la Autoritat Portuària de Balears y la Asociación Provincial de Empresas de Actividades Marítimas de Balears, APEAM.

La caída acumulada del tráfico de mercancías en el puerto de Palma se situó en el 20 por ciento en enero y febrero, hasta 1'024 millones de toneladas, mientras que en Menorca descendió un 20 por ciento y en Eivissa se mantuvo estable (ver gráfico).

La crisis económica se vislumbra también en el descenso de la operativa global de los cuatro puertos de interés general de la comunidad autónoma, con un descenso del tráfico de embarcaciones del 25 por ciento y un movimiento de 963 buques en los dos primeros meses del año.

En este caso, las mayores caídas se han producido en los puertos de Eivissa (36 por ciento) y Maó (32 por ciento), mientras que el puerto de palma ha experimentado un retroceso del 20 por ciento.

Desde la Autoritat Portuària de Balears y la patronal APEAM explican que la caída del tráfico embarcaciones y mercancías explicita la situación de crisis económica y de consumo en la que están inmersas las Islas, ya que la inmensa mayoría de mercancías llegan al archipiélago por transporte marítimo.

En cuanto a la logística, exceptuando algunos casos puntuales, los empresarios estiman que el 90 por ciento de los buques llegan llenos a las Islas a primera hora de la mañana, descargan sus mercancías y a a media mañana vuelven a partir, mayoritariamente a los puertos de Barcelona y Valencia.

Se trata del denominado tráfico 'punto a punto', que paulatinamente se ha ido imponiendo al sistema de estiba de contenedores por cuestiones de reducciones de costes empresariales.