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El pasado, el presente y el futuro del Consell de Mallorca se cruzaron ayer al cumplirse treinta años de su constitución durante un acto institucional, cargado de nostalgia y de reencuentros personales, que se celebró en el salón de plenos de las institución.

Jeroni Albertí, primer presidente del Consell de Mallorca, en una intervención 'sin papeles' y con la memoria personal como único punto de apoyo, glosó aquel día histórico, un 24 de abril de 1979, en que «entramos por la puerta de la Diputación y salimos por la puerta del Consell de Mallorca». Albertí se dirigía especialmente a los hombres (en aquella época no había mujeres) que formaron el primer pleno del Consell, cuando el Estatut d'Autonomía no había sido aprobado y todo estaba por hacer. Según Albertí, «las expectativas que entonces teníamos sobre el Consell han sido ampliamente superadas».

La actual presidenta, Francina Armengol, que por entonces tenía ocho años, entregó una placa conmemorativa a los consellers de la primera corporación y les agradeció su esfuerzo, su compromiso y su ilusión. «Gracias por haber soñado y por haber hecho realidad vuestro sueño», dijo emocionada la presidenta. Pero no se quedó sólo en eso: Armengol (en presencia de Albertí, Maximiliano Morales, Joan Verger y Maria Antònia Munar, que también presidieron la institución en diferentes épocas) habló, además, de futuro. Defendió la necesidad de mejorar la financiaciación y situó al Consell como pieza clave del «original federalismo interinsular» de Balears. Otro de los políticos de aquella época constitutiva, el historiador y entonces diputado de UCD Miquel Durán se puso lampedusiano y glosó aquellos momentos, de hace treinta años, en que «una época se deshacía sin que la nueva hubiera terminado de llegar». Igual que Albertí incidió en una de las claves de aquella época: en que todo se hizo por consenso y en que los objetivos estaban claros desde el primer momento.

Durán y Albertí llenaron sus intervenciones de anécdotas y de guiños que 30 años después cuesta explicar a quienes no los vivieron. Francina Armengol cerró el acto, que duró exactamente lo que marcaba el programa, una hora, y concluyó con 'La Balanguera'. Los abrazos, las sonrisas y las confidencias continuaron durante el cóctel.