El Consell también quiere evitar que se tiren escombros en los vertederos ilegales, que contaminan más.

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LAURA MOYÀ/Q.TORRES

Desde hace meses, el Consell de Mallorca está trabajando para reducir la tasa de escombros, es decir, el precio que pagan los constructoers para depositar los residuos que provocan las obras en centros especializados. El tema ha formado parte en numerosas ocasiones del debate político y de los plenos de la institución insular, convirtiéndose, también, en una reivindicación del sector de la construcción en Balears, muy afectado por la crisis. Ahora, el Consell ya baraja una cifra: un descenso de la tasa de aproximadamente el 20 por ciento.

A día de hoy, la tarifa oscila entre los 43 y los 70 euros por tonelada según la pureza de los escombros, aunque en la mayoría de los casos ronda los 51 euros. Si se le aplicara la bajada del 20 por ciento, quedaría en 41 euros, diez menos que en la actualidad. Sin embargo, la rebaja se asignaría sobre todo a los casos en los que los residuos de la construcción entraran en el sistema más 'limpios', mientras que los 'contaminados' (los que contienen elementos que no son propiamente escombros) se verían perjudicados.

El Departament de Medi Ambient, que dirige Catalina Julve (UM), está trabajando en la iniciativa, que se espera aprobar en próximos plenos. La propuesta tiene en cuenta que, en menos de un año y motivado por el parón en la construcción, se ha reducido en un 40 por ciento la entrada de escombros en el Parc de Tecnologies Ambientals, donde trata los residuos Mac Insular, la concesionaria de la gestión de los escombros, los muebles, los electrodomésticos y los neumáticos fuera de uso.

La reducción no será la única novedad. El Consell también está estudiando introducir cambios en el Pla d'Enderrocs, como se conoce al Pla Director per a la Gestió de Residus de Construcció-Demolició, Voluminosos i Pneumàtics Fora d'Ús de Mallorca.

Precisamente, en el debate de política insular celebrado la semana pasada, Miquel Àngel Flaquer, portavoz de UM en el Consell, incluyó la reducción de la tasa de escombros dentro de las iniciativas que la formación nacionalista propuso para superar la actual coyuntura económica. También plantearon crear puestos de trabajos temporales a corto plazo para proyectos medioambientales, sociales, de juventud y de promoción turística; celebrar un pleno y varios Consells Executius extraordinarios centrados en la crisis y aumentar la partida destinada a promocionar los productos isleños.

Otro de los problemas que preocupan al Consell es la gran cantidad de escombros que no entran en el sistema y que, por tanto, se lanzan a vertederos ilegales (en 2007 'desaparecieron' 600.000 toneladas). De ahí que con la reducción de la tarifa se busque un segundo objetivo: incentivar a los constructores para que lleven los residuos de las obras a los centros autorizados. Además, para luchar contra los vertidos irregulares se incrementarán las inspecciones y las sanciones a través de la nueva Agència de Disciplina Urbanística de Mallorca.