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JOSEP M. AGUILÓ / ÀLEX CABOT El inicio del proyecto de rehabilitación integral previsto en la zona de es Camp Redó conocida como 'Corea' fue ayer motivo de una nueva polémica entre parte de los vecinos y la Regidoria d'Habitatge, que dirige ahora la edil Magdalena Palou, del Bloc.

Cabe recordar que en estos momentos se están redactando los proyectos básicos y de ejecución, que estarán listos en el primer semestre de este año, relativos a la renovación o sustitución de dos bloques de viviendas situados en el espacio comprendido entre las calles Felip II, General Riera y Ramiro de Ledesma. Este proyecto cuenta con la oposición de una parte de los vecinos de la zona.

Una representación de dichos vecinos se reunió ayer por la tarde en la calle para expresar lo mal que se sienten, pues aseguran que se está «jugando» con ellos y que se les quiere «dividir» con tal de debilitarles. A ello habría que añadir la incertidumbre de las personas más mayores de la zona, pues cuentan que aún no saben dónde les van a realojar y afirman que tendrán que «pagar las reformas que iban a ser gratis» cuando ni siquiera se quieren ir.

Testimonios
Margarita Jiménez, que es una mujer mayor que vive en es Camp Redó desde 1954, asegura que se ha gastado mucho dinero en su casa y que no se quiere ir. «No me moveré, y me pregunto por qué tengo que pagar algo si ni siquiera me quiero ir», indicó.

El caso de Jiménez es uno como otro cualquiera. La gente que vive en este barrio no se encuentra en una situación demasiado cómoda económicamente hablando. «Somos pobres, pero no tontos», dicen muchos de ellos. Y es que desde la misma asociación de vecinos entienden que la actuación del consistorio es «puramente especulativa». Fina Ors, que es su portavoz, recuerda que los terrenos son de los propietarios de las viviendas. «Encima de que nos obligan a mudarnos y les cedemos todo el terreno, que al menos nos den un piso sin que tengamos que pagar nada», dijo.

Mientras tanto, el tiempo pasa, y vecinos como Francisco Lirola, Margarita Garí, Matías Espases o Catalina Riutord, entre otros, siguen sin saber dónde se tendrán que mudar y cuánto tendrán que pagar por la reforma. «No nos queremos ir», concluyeron ayer.

Por su parte, fuentes de Habitatge señalaron ayer que desde hace dos semanas el Ajuntament está informando a los vecinos de la zona de que ya dispone de una partida presupuestaria específica para ser destinada a las personas que quieran vender su piso y también para los llamados «pisos puente», que serán utilizados mientras dure la reforma.

Dichas fuentes añadieron que las condiciones anunciadas el pasado año sobre el modo en que se llevará a cabo la rehabilitación no habrían cambiado. Así, los vecinos que tras la reforma vayan a vivir a un piso con los mismos metros cuadrados que el que tienen ahora, no tendrían que abonar ninguna cantidad de dinero.

En el pleno del lunes está prevista la comparecencia de la edil de Habitatge, a petición del PP, para hablar sobre este asunto.