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Balears recibirá este año un 30'06 por ciento menos de inmigrantes, que durante el año 2008 según la 'Proyección de la Población de España a Corto Plazo, 2008-2018' elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, mientras que el pasado año llegaron a las Islas 25.571 personas procedentes del extranjero, este año está previsto que lo hagan 17.886. (Ver gráfico).

La llegada de inmigrantes seguirá cayendo hasta el año 2012, cuando comenzará a recuperarse ligeramente. Sin embargo, el INE prevé que la población extranjera residente en las Islas no crecerá al ritmo que lo ha hecho en los últimos años durante la próxima década.

El catedrático de Geografía Humana de la UIB, Pere Salvà, explica que la disminución de la llegada de inmigrantes se debe principalmente a la crisis del sector de la construcción y a que «había un crecimiento demasiado importante que tenía que explotar». Así en los últimos diez años han comenzado a residir en las Islas 300.000 personas procedentes del extranjero, mientras que en los próximos nueve años está previsto que lo hagan 147.287, es decir, menos de la mitad.

El INE también prevé que disminuya el número de personas de otras comunidades que fijen su residencia en Balears durante la próxima década. Así, mientras que en 2008 lo hicieron 24.254 personas este año está previsto que lo hagan 23.258, es decir, un 4'11 por ciento menos. Esta tendencia a la baja continuará los próximos nueve años y en 2017 se espera que vengan a residir en las Islas 18.198 personas. Salvà señala que las personas procedentes de la Península suelen ser mano de obra cualificada, especialmente en el sector de la construcción, por lo que el descenso de actividad motivará que menos españoles vengan a vivir a las Islas.

Los baleares también serán más cautos a la hora de cambiar de lugar de residencia. En este sentido, el INE prevé que las migraciones de los isleños al extranjero se reduzcan un 9'4 por ciento en los próximos nueve años, pasando de 7.998 migraciones el pasado año a 5.251 en 2017.

El número de nacimientos en las Islas también comenzará a descender en 2010. Así, mientras que en 2009 continuará la senda alcista (los nacimientos aumentarán un 0'6 por ciento) en 2010 está previsto que disminuyan un 0'2 por ciento. La tendencia a la baja continuará durante los próximos años. El catedrático de Geografía Humana de la UIB argumenta que en las Islas residen actualmente muchas mujeres con 34 años, que ahora están en edad fértil, mientras que en los próximos años esta franja de edad comenzará a decaer.

En lo que se refiere a defunciones, éstas irán incrementándose paulatinamente. Así, mientras que en 2008 se produjeron 7.998 en 2017 están previstas unas 8.406.

De este modo, Balears reducirá su crecimiento vegetativo (diferencia entre nacimientos y defunciones) un 33'3 por ciento en los próximos nueve años. En concreto, se prevé que las Islas pasen de tener 4.822 nacimientos más que defunciones en 2008 a 3.214 en el año 2017.

Además, de los datos del INE se desprende que aumentarán las madres menores de 22 años y mayores de 35 en los próximos diez años. Por el contrario, disminuirán las madres con edades comprendidas entre los 23 y los 34 años, precisamente la edad en la que se recomienda dar a luz.

A pesar del descenso de la llegada de inmigrantes y de la disminución del crecimiento vegetativo, la población de Balears seguirá creciendo y en 2018 llegará a las 1.210.870 personas, lo que supone un incremento del 15'87 por ciento respecto a la del pasado año que fue de 1.045.008 residentes.

Además, el INE estima que Balears será la tercera Comunidad que tendrá un crecimiento demográfico relativo más intenso en la próxima década, exactamente del 15'9 por ciento; sólo por detrás de Castilla la Mancha y la Región de Murcia, con un 17'5 por ciento y un 16'6, respectivamente.

Salvà considera que «la inmigración será siendo necesaria en Balears en el futuro, pero no con un crecimiento tan intenso como en el de los últimos años». Además, destaca que la inmigración plantea un reto muy importante, ya que «la economía puede no adecuarse al crecimiento de la población, que ha crecido mucho en personas con edades en edad de trabajar, y esto puede provocar tensiones».