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Iberia canceló ayer 53 vuelos en una nueva jornada de retrasos generalizados y desajustes en la programación que la empresa achaca a una huelga de celo no declarada de los pilotos, aspecto que niegan los representantes del SEPLA.

Según fuentes de Iberia, la mayor parte de los vuelos cancelados ayer eran de corto o medio largo, y la mayoría de ellos tienen origen o destino en el aeropuerto de Madrid.

Sin embargo, los vuelos que unen España y el continente americano no se han visto afectados por las anulaciones.
La puntualidad de la compañía descendió ayer hasta el 60% (normalmente se sitúa en un 85%), pero, a pesar de los retrasos, en los mostradores de facturación de Iberia y en las puertas de embarque del aeropuerto de Barajas la situación estuvo tranquila esta mañana.

Los pasajeros expresaron durante el día de ayer su resignación ante las demoras mientras expresaban su esperanza de que el conflicto entre compañía y pilotos termine pronto.