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Uno de nuestros mejores poetas, José Luis Hidalgo, que murió con apenas 27 años, escribió poemas hermosísimos sobre la vida, el amor y la muerte, entre ellos Tiempo preferido, que ayer recordé en silencio, mientras paseaba en soledad por el cementerio de Palma otro 1 de noviembre más.

«Sólo tú y yo sabemos la verdad de este mundo/ que día a día robamos a la muerte,/ que erigimos de nada tan sólo con palabras/ humo/ ceniza de un beso olvidado en tu frente./ Sólo tú y yo sabemos/ fábulas como flautas/ silencios como hormigas más o menos sonoras/ y eso que se edifica lentamente en tus ojos/ detrás de la vitrina o cristal de una lágrima/ ese beso o latido/ esa sonrisa o llama/ de tener a la vida en la flor de los labios», dice el poema.

Un poco antes de este bello y algo fallido ejercicio de memorización poética personal, sobre las once y media de la mañana, había llegado hasta el camposanto ubicado en el Camí de Jesús una representación del Ajuntament de Palma, que previamente había visitado ya los cementerios de Sant Jordi y de Establiments. La comitiva municipal estaba presidida por la alcaldesa de Palma, la socialista Aina Calvo, y contó con la presencia de, entre otras personas, la presidenta de la Empresa Funerària Municipal (EFM) y regidora de Salut, Begoña Sánchez, y el regidor de Seguretat Ciutadana, Antonio Donaire. La oposición estuvo representada por su portavoz y alcaldesa en el pasado mandato, la popular Catalina Cirer, y por las regidoras Margalida Ferrando y Marina Sans. Asimismo, acudió una representación de la Policia Local vestida de gala.

La comitiva depositó coronas de flores en los espacios reservados para los empleados municipales y para las «víctimas de la libertad», así como en el panteón del Cos de Bombers y en la antigua fosa común. Este año no hubo, por primera vez, ningún sacerdote acompañando a la citada comitiva, si bien en cada uno de esos puntos se guardaron unos minutos de silencio y de respeto en memoria de todas esas personas.

Una vez acabado ya el recorrido, Calvo justificó la decisión tomada este año por el equipo de gobierno de Cort señalando que la visita de la comitiva municipal es un acto esencialmente «laico» e «institucional».

Otra novedad fue que no se celebró tampoco el tradicional acto ecuménico que tenía lugar cada 1 de noviembre en el cementerio de Son Valentí. Al parecer, la poca afluencia de personas a dicho acto ecuménico en estos últimos años sería uno de los principales motivos por los que en esta ocasión no tuvo lugar. En este contexto, Cirer lamentó ayer que desde el consistorio «no se den facilidades para que se celebre».

A lo largo del recorrido, tanto Calvo como Cirer fueron saludadas con afecto por parte de algunas de las personas que habían acudido ayer al cementerio.

Según una primera estimación de la Policia Local, con motivo de la festividad de Tots Sants visitaron ayer el cementerio alrededor de unas 50.000 personas. El hecho de que este año el 1 de noviembre haya tenido lugar un sábado, podría haber contribuido a que en la jornada de ayer y también en la del pasado viernes la asistencia a Son Valentí tuviera lugar de forma escalonada, sin aglomeraciones, seguramente porque hoy domingo y mañana lunes habrá nuevas visitas.

Una de las mayores preocupaciones por parte de las personas que habían diseñado el dispositivo especial de Tots Sants era que ayer pudiera llover, lo que habría provocado, casi con total seguridad, importantes atascos y retenciones, pero, afortunadamente, la de ayer fue una jornada soleada, y muchas familias optaron por acceder al camposanto a pie. Además, la afluencia de vehículos al cementerio fue también escalonada, por lo que no se produjeron atascos, y sólo hubo una mayor densidad en el tráfico entre las diez y las doce de la mañana.

Al igual que en años anteriores, hubo imágenes llenas de emotividad y de significado, imágenes de personas colocando ramos de flores y también velas sobre las tumbas y las sepulturas, así como imágenes de personas rezando o recorriendo el cementerio municipal. Y también se escucharon risas infantiles, y se reencontraron amigos y familiares, y en algunos casos hubo tiempo para poder charlar también tranquilamente, quizás sobre la vida, o el amor, o la muerte, como en el poema de José Luis Hidalgo. «Sólo tú y yo sabemos la verdad de este mundo/ que día a día robamos a la muerte,/ que erigimos de nada tan sólo con palabras/ humo/ ceniza de un beso olvidado en tu frente». Y así pasó ya, como pasa un sueño, otro día más, otro primero de noviembre.