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A. ORFILA/J.M.AGUILÓ Ha transcurrido casi un año, pero el ambicioso proyecto de ses Fontanelles "donde bajo el nombre de Aqua Mágica debía crecer el mayor centro comercial de Balears" sigue siendo un misterio. Un controvertido decreto de suspensión activado por el Govern de Francesc Antich a instancias del Bloc "uno de sus socios de gobierno" pesa sobre la magna obra, que debía llegar acompañada de una inversión ligeramente superior a los 200 millones de euros y crear más de 2.000 nuevos puestos de trabajo. ¿Cómo se explica que en tiempo de crisis el Govern cierre los ojos ante una operación de este volumen? Pocos meses después de alcanzar el poder, el Ejecutivo decidió detener el nacimiento de Aqua Mágica aferrándose a la desprotección que sufría la zona húmeda de ses Fontanelles.

Los promotores del centro "que gozaban de todas las licencias para iniciar la obra" siempre han discrepado sobre este punto, aunque también llevan tiempo guardando silencio. Tras lamentar en público los evidentes síntomas de inseguridad jurídica que había generado el decreto de suspensión y denunciar que el proyecto sólo afectaba a un 5 por ciento de la zona protegida, Guillem Alomar "consejero delegado de Aqua Mágica" y su equipo de trabajo decidieron dar un paso atrás y esperar acontecimientos.

Sólo en convenios y tasas de licencia de obras, los promotores del centro han abonado al Ajuntament de Palma 5 millones de euros, aunque de momento no han amenazado con reclamar indemnizaciones. Un año después, con los índices de desempleo por las nubes y un grupo empresarial dispuesto a invertir 200 millones de euros, quizás ha llegado el momento de reflexionar.