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La encuesta realizada en exclusiva para Ultima Hora por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES) sobre la intención de voto de los ciudadanos no deja lugar a dudas, el Partido Popular (PP) perdería tres de sus actuales veintiocho diputados -al que se les añade el logrado por los independientes de Formentera- en favor de sus adversarios directos, el PSOE, que lograría recortar su distancia respecto a los conservadores; tendencia que vendría a confirmar lo ocurrido en las urnas tanto en los comicios autonómicos de 2007 como en los estatales de este año.

Los múltiples casos de corrupción política destapados en los últimos meses y referidos a la pasada legislatura, en los que aparecen destacados militantes del PP, ha acabado lastrando las opciones electorales del partido que en Balears lidera Rosa Estaràs en el caso de que se adelantasen las elecciones. Esta posibilidad, que el president Antich ha descartado de momento, no hubiera librado a los socialistas de la necesidad de mantener sus alianzas con los nacionalistas de UM y el Bloc aunque, según el resultado del sondeo del IBES, se produciría un reequilibrio de fuerzas.

Al margen de la proyección electoral, el sondeo demoscópico resalta el desdén con el que el electorado contempla la hipótesis de tener que acudir a votar, la tasa de abstención se dispararía hasta alcanzar el 47'1 por ciento, siete puntos más que hace diecisiete meses. Ante este escenario resulta obvio que el desánimo también ha calado hondo entre las propias filas del electorado fiel de la formación conservadora. El problema, por tanto, al que se debe enfrentar en el futuro la dirección del PP va más allá del resultado judicial de los múltiples procesos en los que están involucrados algunos de sus dirigentes.