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«El mundo ideal sería aquél en el que la población se controlara voluntariamente en función de los recursos de que dispone en cada aérea, saber pensar cómo la decisión que tomo hoy afectará a las futuras generaciones, aquél en que los seres humanos dejen de sentirse presionados por las grandes compañías, en el que los niños fueran niños y en el que las personas viviéramos en harmonía con la naturaleza», afirmó ayer en Palma Jane Goodall, primatóloga británica, embajadora de la Paz de la ONU, premio Príncipe de Asturias de Investigación y doctora honoris causa por más de 30 universidades de todo el mundo.

La científica británica participó anoche en un acto benéfico para recaudar fondos en Es Baluard y pronunciará esta tarde, a las 19.30 horas, una conferencia titulada 'Conservación de la biodiversidad: una tarea de todos' en la sede de la Fundació La Caixa.

Goodall, investigadora durante más de 40 años de la conducta de los chimpancés y de sus relaciones con los seres humanos, argumentó la necesidad de conservar la biodiversidad «porque todavía no hemos entendido el funcionamiento del planeta y no sabemos el impacto que tendrá en el futuro la destrucción de algunas de sus partes; puede haber consecuencias muy negativas», advirtió.

Goodall recurrió también al argumento de la «belleza del planeta» y la «necesidad de dejarlo como legado a nuestros hijos». En este sentido, puso como ejemplo el caso de una orquesta de música: «La naturaleza es una gran orquesta, deberíamos preguntarnos qué pasaría si fuéramos eliminando sus diferentes instrumentos», afirmó.

La investigadora afirmó que el crecimiento de la población y de la pobreza son un «cóctel terrible» para la conservación medioambiental «ya que todo el mundo tiene derecho a sobrevivir», ante lo que consideró necesario ofrecer a las comunidades locales instrumentos para substituir y desarrollarse sin amenazar el entorno y la fauna, mediante microcréditos, comercio justo, ecoturismo u otras iniciativas.

La investigadora, que fundó en 1977 el Instituto Goodall para la investigación y conservación, con más de 20 sedes en todo el mundo, agradeció la reciente aprobación en el Congreso de los Diputados la adhesión de España al Proyecto 'Gran Simio', que tiene como objetivo la protección de orangutanes, chimpancés y gorilas.