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Con la llegada de la primavera, los ciclistas salen a la calle para disfrutar del buen tiempo a lomos de su bicicleta. Unos toman esta opción simplemente para dar un paseo y otros, en cambio, utilizan la bici como un medio de transporte para desplazarse de un sitio a otro. Pero esta operación tan sencilla trae de cabeza a los peatones que se quejan diariamente de que los ciclistas invadan las aceras provocándoles molestias y, en determinadas ocasiones, pequeños accidentes. Y es que el peatón debe ir con mil ojos para no tropezarse con estos vehículos de dos ruedas y eso le crea una gran intranquilidad durante su andadura. Además, debido a la estrechez de algunas de las aceras, en ocasiones resulta difícil el paso de un peatón y un ciclista al mismo tiempo, por lo que el ciudadano de a pie debe apartarse para dejar paso a la bicicleta.

Disyuntiva
Por su parte, los ciclistas tienen también una difícil papeleta, ya que deben escoger entre ir por carretera, poniendo en peligro su vida debido al intenso tráfico que hay en Palma, o por la acera, teniendo que esquivar a los peatones. Ante esta disyuntiva, la mayoría de ellos optan por ir por las aceras y conservar así su integridad, pese a las numerosas críticas que reciben.