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Cada año son más las personas que se suman al Vía Crucis organizado por la parroquia de Santa Catalina Thomàs, y que tiene lugar en los jardines de la residencia de las Hermanitas de los Pobres. Este año, el rector, Ramón Lladó, ha organizado el Vía Crucis de Lourdes, para celebrar el 150 aniversario de las apariciones de la Virgen.

El Vía Crucis de Lourdes tiene una estación más, un total de quince, ya que no acaba con la muerte de Cristo sino con la Resurrección. Numerosos fieles así como residentes y religiosas de la residencia asistieron ayer al encuentro.

Santa Catalina Thomàs es una de las parroquias más dinámicas y numerosas de Palma. Dieron buena muestra de ello las agrupaciones que colaboraron con el rector en la celebración de este acto religioso.

Hace cinco años que celebran el Vía Crucis en los jardines de la residencia de ancianos de General Riera. Durante este tiempo ha tenido una amplia aceptación entre los fieles y amigos de la zona.

Miembros de diversos grupos parroquiales portaron la cruz y las antorchas. Los asistentes llevaban también pequeñas velas para conseguir un ambiente adecuado para la oración.

Finalizado el recorrido por las estaciones del Vía Crucis, se celebró una pequeña ceremonia en la capilla de la residencia de las Hermanitas de los Pobres, dirigida por Ramón Lladó, en la que se rezó especialmente por las personas enfermas.

«En recuerdo a la Virgen de Lourdes, rezaremos por todas las personas que sufren tanto física como moralmente. A todos ellos tendremos presentes en este Vía Crucis dedicado a las apariciones de la Virgen de Lourdes», comentó.