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AMAYA MICHELENA La historia del crucero Baleares se remonta a los años veinte, en plena dictadura de Primo de Rivera, cuando fue encargado. Sin embargo, tras su paso por los astilleros de El Ferrol, fue trasladado a Cádiz, donde fue terminada su construcción para ser botado en abril de 1932, en tiempos ya de la II República. Su singladura como buque de guerra al servicio de los rebeldes franquistas no fue larga, pues apenas dos años después de iniciarse la guerra fue hundido en un encontronazo con barcos leales al Gobierno de la República.

Tampoco fue grande su vinculación a nuestras Islas, a pesar de llevar el nombre del Archipiélado. La mayor parte de la dotación humana procedía del País Vasco, Galicia yAndalucía, aunque en sus periplos fueron incorporándose voluntarios en distintos puntos geográficos, entre ellos Balears, donde embarcaron doce jóvenes «flechas navales» de los falangistas.

El 29 de enero de 1937 se incorporó a la flota nacional para luchar contra la República. Fue precisamente en esos días cuando comenzó a forjarse su leyenda al participar en bombardeos contra la población civil. En febrero de 1937 la ciudad de Málaga, que permanecía fiel al Gobierno legítimo de la República, sufrió el asedio del Ejército franquista, formado por 13 batallones italianos "los fascistas fueron aliados de Franco", lo que provocó un masivo éxodo de población civil hacia la vecina Almería, todavía en manos republicanas. Se calcula que unas cuarenta mil personas "hombres, mujeres y niños" fueron ametrallados y bombardeados por la aviación italiana y por la artillería emplazada en las cubiertas de los cruceros Almirante Cervera y Baleares. A falta de cifras exactas, se cree que 3.000 personas fallecieron allí, aunque hay historiadores que hablan hasta de 15.000.

A continuación, el crucero pone rumbo a Palma. Ese mismo verano participa en varias refriegas contra buques de la República, sin lograr sus objetivos y recibiendo diversos daños, además de 26 bajas entre su tripulación.

Finalmente, la noche del 5 de marzo de 1938, cuando escoltaba a dos mercantes camino del Estrecho, se topó con un convoy republicano integrado por dos cruceros y cinco destructores. Estaba al mando de la división de cruceros franquistas el contralmirante Manuel de Vierna. En el intercambio, los republicanos lanzan doce torpedos, de los que dos dan en el blanco, a la altura del puente de mando, matando en el acto al almirante y todo su estado mayor.

El Baleares, partido en dos, en llamas y con una entrada de agua espectacular, perdió a gran parte de su dotación humana, mientras los supervivientes se lanzaban al mar. Barcos británicos en la zona rescataron a los náufragos. A las cinco de la madrugada el barco se hunde definitivamente. Se calcula que la cifra definitiva es: 765 muertos y desaparecidos "de ellos 26 mallorquines" y 441 supervivientes, de ellos 28 mallorquines.

Años después, por suscripción popular y a iniciativa del diario La Ultima Hora, se levantó en sa Faixina un monumento conmemorativo que todavía permanece ahí.