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El Consell de Comunitats Balears Assentades fora del Territori Balear inició ayer en un hotel de Magalluf su encuentro anual con la participación de los presidentes de las casas baleares del mundo.

La emoción por una cita en el archipiélago de su nacimiento, o el de sus ancestros, marcó las primeras horas de una reunión de trabajo en la que el Govern pretende explicar un ambicioso plan social para el cada vez más numeroso colectivo de isleños de origen que atraviesan por severas dificultades en su vida, como jubilados en varios países de América del Sur.

Guillermo Vidal Cantallops, natural de Sant Jordi (Mallorca), que emigró al sur de Argentina hace 56 años con sus padres y hermanos y lidera la Casa Balear de Bahía Blanca -alrededor de siete centenares de isleños de origen censados-, señala que las principales dificultades de sus coetáneos tienen su origen en los 600 pesos -unos 160 euros al cambio- que perciben allí como pensión de jubilación.

«La verdad es que considerando los precios de los medicamentos allí -explica Vidal-, la alternativa consiste en intentar comer, siquiera someramente a diario, o bien adquirir las medicinas prescritas para sus problemas de salud. Hacer ambas cosas es imposible».

A ese respecto el director general d'Acció Exterior i Relacions amb la Unió Europea del Govern balear, Jordi Bayona, explicó ayer a los representantes de las comunidades baleares en el mundo que el Gabinete del que forma parte «está decidido a apoyar a esas personas que están sobreviviendo literalmente al borde de la miseria, y ello no sólo con prestaciones monetarias individualizadas sino también con ayudas domiciliarias mediante una red de asistentes sociales que estamos formando en países como Argentina».

Para Bayona es también prioritaria actualmente la regeneración de los directivos y dinamizadores de las asociaciones de los balears en el exterior «puesto que si a ellas no se consigue incorporar decididamente la juventud, corren el peligro de extinguirse en apenas unos años».