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El popular barrio de Gràcia volvió a colapsarse para celebrar Sant Antoni. Desde que en 1993, el farmacéutico Antoni Torrens instaurara la tradición para que sus hijos, estudiantes en Barcelona, no se perdieran Sant Antoni, la fiesta ha crecido sin parar hasta convertirse en una de las más importantes de la ciudad.

La noche del sábado, una formación de xeremiers subió al escenario de la Plaça de la Virreina entre las actuaciones de los grupos de Felanitx S'Estol des Gerricó y Abeniara.

Con la plaza llena interpretaron los himnos de La Muixeranga, Els Segadors y La Balanguera. Torrens recordó en público a Madò Buades, figura de la música tradicional fallecida el pasado diciembre a los 96 años. En la literaria Plaça del Diamant, los foguerons quemaron cientos de kilos de sobrasada. La calle Verdi es conocida por sus salas de cine, el ambiente peatonal y la costumbre de algunos vecinos de preparar mesas en plena vía. Los ximbombers poblers recorrieron la calle amenizando la sobremesa de los grupos en plena calle.

Mateu Xuri, protagonista el jueves en el Espai Mallorca de un combate de glosadors junto a Antònia Piu, Pilar Pons y Miquel Ametller, colaboró con sus versos improvisados al son de la ximbomba. La vicepresidenta del Consell, Joana Lluïsa Mascaró, y el director de Cultura, Maties Garcies, presenciaron la aglomeración popular junto a concejales de sa Pobla. El director de Cultura del Govern, Pere Joan Martorell, apuró las horas antes de partir hacia la feria Midem en Cannes.

Carles Domènec