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Ni morbosa, ni tabú; la masonería es una sociedad discreta, pero no secreta (está registrada en el Ministerio del Interior), a la que pertenecen «personas que quieren ser mejores».

Libertad, igualdad y fraternidad son sus tres principios básicos y por los que han sido perseguidos a lo largo de la historia, y razón por la que han tenido que ser discretos.

La masonería tienen sus orígenes en los gremios de constructores y se enseña mediante símbolos y alegorías. En este sentido, en sus rituales siempre están símbolos como la escuadra y el compás, ya que los utilizaban los constructores de catedrales. Lo mismo ocurre con el mazo y el cincel, que se empleaban para hacer las esculturas.

Otro de los símbolos principales de los masones es la letra 'G', que representa muchas cosas, entre ellas a Dios (God, en inglés) o también al gran arquitecto del universo. El péndulo simboliza la rectitud y el equilibrio; y el mallete autoridad. En todos los templos tienen que estar presentes las dos columnas de Salomón.

Para ser masón hay que pasar un riguroso proceso de selección, en el que se someten a tres votaciones. El primer grado es el de aprendiz y cuando éste considera que ya ha aprendido todo lo necesario, puede pedir que lo asciendan a compañero y de nuevo se tiene que someter a votación. Cuando considere superada esta etapa se sigue el mismo procedimiento y en el caso de que vaya bien se asciende a maestro. En las Islas el cargo más importante es el de Gran Maestro de la Logia Provincial de Balears. Para que se haga público el nombre de un masón éste tiene que dar su consentimiento. En Balears los más conocidos han sido el pintor Hermenegildo Anglada y el alcalde de Palma Emilio Darder, que fue fusilado en 1936 entre otras acusaciones por masón, aunque no está confirmada su pertenencia a la masonería.

El único acto obligatorio al que tienen que asistir los masones es a las tenidas, como la que tendrá lugar esta tarde en el Pueblo Español, a las que entran en procesión. En primer lugar acceden los aprendices, posteriormente los compañeros, los maestros y finalmente el Gran Maestro.

A medida que van entrando cada uno de ellos se van sentando en su lugar correspondiente. La tenida, presidida por el Gran Maestro, comienza con tres golpes de malletes y se suele leer el acta de la tenida anterior. Posteriormente se lee la plancha (monográfico elaborado por un masón) y comienza un periodo de discusión.

Al finalizar el acto, se pasa una bolsa en el que los masones aportan dinero, que destinan causas benéficas.