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A falta de que el Consell Polític del PSM dé su visto bueno, el acuerdo final para la confección de una lista de todas las fuerzas nacionalistas de Balears tiene muchos visos de convertirse en una realidad. La valentía de los principales dirigentes políticos de los partidos implicados podrá permitir que la candidatura final opte a obtener representación en el Congreso de los Diputados en los comicios del próximo 9 de marzo; una vieja aspiración que ahora está más cerca de ser una realidad.

Unió Mallorquina, Entesa per Mallorca, Esquerra Republicana de Catalunya y, en el último momento, el Partit Socialista de Mallorca podrán, por vez primera todos unidos, tratar de romper la hegemonía de los partidos estatales en la representación de Balears en la Cámara Baja. Y ésta es la cuestión. El eventual diputado o diputados que aporte la candidatura nacionalista no tendrá que someterse a la disciplina de grandes formaciones en las que priman intereses que no siempre coinciden con los de los ciudadanos de las Islas. Este será el gran salto cualitativo que surge como oportunidad única en la cita del 9 de marzo. Canarias es un magnífico ejemplo de lo que representa tener una presencia nacionalista en el Parlamento de Madrid.

Desde 1977 ninguno de los diputados electos por la circunscripción de Balears osó romper la disciplina de voto impuesta por los partidos de ámbito estatal, aun cuando han sido numerosas las ocasiones en las que los intereses de las Islas han quedado relegados con argumentos no siempre razonables. De este modo, Balears quedó aparcada de la vía del artículo 151 de la Constitución para acceder a la autonomía o su financiación no logra resarcir los costes de la insularidad.

Por tanto, ahora, se abre una gran oportunidad en la que serán los ciudadanos los que tendrán la última palabra. En sus manos estará decidir si la gran coalición nacionalista merece llegar a Madrid.