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Hoy el Rey cumple 70 años, un hecho que invita a realizar un repaso a la labor realizada por don Juan Carlos desde que asumió la jefatura del Estado, hace más de tres décadas; responsabilidad en la que ha aplicado de manera ejemplar su clara voluntad de servicio a España.

Nacido en el exilio, don Juan Carlos tuvo que aprender en solitario -era un niño cuando Franco pactó con don Juan su regreso a España- el duro oficio de Rey en el que Mallorca y algunos mallorquines, como Nicolás Cotoner al que reconocía como su segundo padre, tuvieron un papel decisivo a la hora de forjar su personalidad.

Sin embargo, la valía política de don Juan Carlos se pone a prueba cuando el general Franco le propone como su sucesor, momento en el que debe tratar de distanciarse del régimen dictatorial sin levantar suspicacias a pesar de mantener los primeros contactos con los opositores en el exterior. Poco a poco se iba configurando la hoja de ruta de lo que fue la Transición, un período de enorme convulsión política que el Rey pilotó con habilidad y enorme eficacia. Con la aprobación de la Constitución, la Monarquía se adaptó a su nuevo papel para ceder el protagonismo político al Gobierno y el Parlamento.

No es casual que don Juan Carlos sea la figura más querida y valorada por los españoles. Su mérito quedó reconocido en el papel que desempeñó en la noche del 23-F; como jefe del Estado siempre ha ostentado la máxima representación en los foros internacionales; incluso su intervención ha sido proverbial para la distensión en los momentos de crisis.

La tradición española no contempla la celebración pública de los aniversarios del Rey, pero en un momento como el actual no sobra valorar sus méritos.