Finca de Llucmajor vendida por un particular a una promotora. Foto: PERE BOTA

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PATRICIO CANDIA/MIQUEL JUNCOSA

Inmobiliarias y empresas promotoras-constructoras de Balears están adquiriendo pisos y edificios de viviendas hipotecadas a particulares y empresas que no pueden hacer frente a las cuotas de sus créditos suscritos con las entidades bancarias, según informan fuentes del sector.

Se trata de un fenómeno que está creciendo cuantitativamente en Mallorca como consecuencia de las constantes subidas de los tipos de interés aplicadas por el Banco Central Europeo, los cuáles han paralizado las ventas a particulares, y también por el endurecimiento en la concesión de créditos a promotores por parte de bancos y cajas de ahorros.

Ante esta situación, existen empresas que se están especializando en comprar todo tipo de inmuebles que consideren «vendibles», entre ellas la compra de edificios y viviendas a particulares y pequeñas promotoras con problemas de liquidez.

Edificio

Una de ellas es la promotora-constructora Inver Borche, que ha adquirido un edificio entero situado en la calle Font, de Llucmajor. «Su propietario, un particular, no pudo hacer frente a cuotas de más de 2.000 euros y llegamos a un acuerdo con él para subrogarnos en la hipoteca. Con ello, el particular se quitó de encima la deuda con el banco y nosotros hemos adquirido una finca a un precio razonable, de la cual ya hemos vendido la planta baja y el primer piso", explicó Adolfo Fernández, de Inver Borche.

En la mayoría de los casos son los propios bancos los que se ponen en contacto con las promotoras para avisarles de los problemas de morosidad en el pago del crédito hipotecario. Y lo hacen por la sencilla razón de que la entidad bancaria elude por todos los medios quedarse en propiedad con el inmueble, ya que «no son inmobiliarias», afirma Fernández.

El negocio de la subrogación de hipotecas de particulares con dificultades financieras está en auge, y lo aprovechan promotoras e inmobiliarias que, por término medio, obtienen ganancias de entre el 10 y el 20 por ciento de lo invertido. Todo ello, si se sigue la regla de hacerse con la propiedad de pisos «modestos», siempre por debajo de los 180.000 euros.

Asimismo, según datos del Instituto Nacional de Estadística, hasta el mes de septiembre han presentado solicitud de concurso de acreedores (antigua suspensiones de pagos) un total de ocho empresas del sector de la construcción en Balears, aunque el titular del Juzgado Mercantil 1 de Palma, Víctor Fernández , está registrando un crecimiento en la entrada de asuntos desde entonces. En los últimos dos meses se han producido por ejemplo la declaración de suspensión de pagos de las empresas Seguí Munar e Hijos S.L., de sa Pobla, e Inversiones Urbanas Mallorquinas, de Esporles, con pasivos declarados de 7 y 17 millones de euros, respectivamente.

También, el Juzgado de lo Mercantil de Palma está tramitando los primeros concursos de acreedores de familias que no pueden hacer frente a los gastos de las hipotecas tras los últimos incrementos de los tipos de interés.

Muchos ciudadanos se están viendo obligados a renegociar sus créditos hipotecarios con bancos y cajas de ahorros ante las dificultades que está teniendo para hacer frente al pago de sus cuotas, las cuales llevan meses aumentado de forma constante como consecuencia de las subidas de los tipos de interés que ha venido aplicando el Banco Central Europeo. Algunos ciudadanos se están viendo directamente obligados a vender sus propiedades para evitar males mayores.