TW
0
M.JUNCOSA/P.CANDIA «Tenemos diez promociones en marcha, no vendemos y los bancos nos han cerrado las puertas», afirmó ayer uno de los propietaria de la promotora-constructora Inversiones Urbanas Mallorquinas S.L., con sede social en Esporles, que ha presentado concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) con un pasivo de 17 millones de euros (casi 3.000 millones de pesetas).

El directivo de la empresa, que prefiere omitir su nombre, afirmó que Inversiones Urbanas Mallorquinas S.L. sufre un «problema puntual de liquidez» derivado de la caída de la demanda inmobiliaria, que atribuyó a la subida de los tipos de interés, y al endurecimiento en la concesión de créditos a promotores por parte de bancos y cajas de ahorros. «El problema principal es que no vendemos y mientras que antes teníamos las puertas de los bancos abiertas, ahora nos las han cerrado», afirmó.

El propietario de la sociedad confirmó la solicitud de concurso de acreedores ante el Juzgado de lo Mercantil 1 de Palma aunque destacó que han presentado a la vez un plan de viabilidad para reflotar la empresa. «A parte del pasivo cercano a los 17 millones de euros, también tenemos activos y confiamos en la viabilidad de la empresa», afirmó.

Tal y como informó ayer este periódico, Inversiones Urbanas Mallorquinas S.L. tiene en estos momentos promociones en marcha en los municipios de Esporles y Andratx, así como en Ciudad Jardín, las cuales están paralizadas. Como constructora, Inversiones Urbanas Mallorquinas ha ejecutado varios edificios en el Parc Bit, uno de ellos la sede del Instituto de Estrategia Turística (Inestur), dependiente de la Conselleria de Turisme, o el centro comercial ubicado en el Mercat del Olivar.

En cuanto al volumen de trabajadores, el directivo de la empresa indicó que los han ido reduciendo desde el centenar que tenían hace poco más un año hasta los 25 actuales.

La empresa promotora, constructora e inmobiliaria InverBorche, con sede en Palma, informó ayer que ha abierto negociaciones con Inversiones Urbanas Mallorquinas para adquirir los activos que esta empresa tiene paralizados en Ciudad Jardín, antes de que se inicie el proceso de liquidación de la empresa. «Hemos estado hablando con ellos para subrogarnos su crédito y aliviar su situación aunque todavía no hemos concretado nada», afirmaron desde la empresa.

Por su parte, en círculos judiciales no se recuerda un concurso de acreedores con un pasivo tan elevado como el presentado en esta causa, por lo que se antoja un caso de difícil resolución, especialmente dada la dureza de los bancos y las cajas de ahorros con sus deudores.

Fuentes conocedoras de la causa informan además que existe un número indeterminado de particulares perjudicados por la suspensión de pagos de Inversiones Urbanas Mallorquinas, que podrían haber dejado pagos a cuenta por pisos que no se han terminado de construir.

En todo caso, una vez presentada la solicitud de concurso de acreedores, el Juzgado analizará la situación económica de la empresa y nombrará a los correspondientes administradores judiciales, quienes estudiarán las mejores formas para pagar a los acreedores e intentarán mantener la actividad de la sociedad. Si ello no fuera posible, la empresa terminaría siendo vendida en su totalidad o liquidada por partes.