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El vicepresidente de la Obra Cultural Balear, Tomeu Martí, fue expulsado ayer del salón de plenos del Parlament después de protagonizar un altercado con varios diputados del PP. La bronca se produjo cuando el diputado del PP Francesc Fiol preguntó la postura del Govern sobre la ayuda concedida por la Generalitat de Catalunya a la Obra Cultural Balear por un montante de un millón de euros. En el momento que respondía el conseller de Presidència, Albert Moragues, se produjo un altercado entre los diputados del PP, sobre todo Fiol, con Martí, que se encontraba en la tribuna de invitados del salón de plenos.

Un funcionario de la Cámara recordó a Martí que el público no podía dirigirse a los diputados y tampoco expresar opiniones. Varios parlamentarios se quejaron ante la presidenta del Parlament, Maria Antònia Munar, de los comentarios de Martí. El portavoz adjunto del grupo popular, Joan Flaquer, reiteró las protestas de su grupo y recordó a Munar que los invitados no podían expresar ninguna opinión durante los plenos y, mucho menos, increpar a los diputados. Munar pidió al público que se abstuviese de hacer comentarios. Seguidamente, Martí abandonó el salón de plenos.

Al concluir el debate, Fiol explicó que Martí se había dirigido a él protestando por la política del Govern la pasada legislatura en relación a la OCB. «En la calle me pueden insultar y decir lo que quieran, pero en el Parlament tengo mis derechos; Martí me decía que el PP había ahogado a la OCB la pasada legislaura», relató Fiol. Según varios testigos, Martí y Jaume Font también se encararon en el salón de plenos con un amenazante «nos vemos en la calle». Al final, el líder de la OCB abandonó el pleno en un ambiente muy caldeado.

Pero la polémica entre los diputados del PP y el dirigente de la OCB no fue el único asunto que caldeó el ambiente durante el pleno celebrado ayer. En una proposición no de ley presentada por el PP para condenar las palabras de Joan Lladó, el conseller d'Interior del Consell, sobre el Rey, el diputado del Bloc per Mallorca, Miquel Àngel Llauger, llegó a afirmar que la designación del monarca como jefe del Estado por parte de Franco suponía «un vicio de origen». Llauger también exigió conocer las cuentas de la Casa Real.

La figura del Rey
En el mismo debate, el socialista Antoni Diéguez acusó a los populares de usar la figura del Rey para obtener «un puñado de votos» entre las protestas de los diputados del PP. Finalmente, la propuesta del PP fue rechazada aunque algunos portavoces de la mayoría criticaron las palabras de Lladó. La diputada del PP Carme Feliu calificó de «imposible» que Antich aceptase los comentarios de sus socios sobre la figura del Rey.