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Un equipo del departamento de Neurología del hospital de Son Dureta ha probado de forma experimental y con éxito un nuevo tratamiento contra la enfermedad de párkinson.

Este tratamiento pionero se basa en la administración de una sustancia llamada levodopa mediante una sonda instalada en el abdomen del paciente, lo que permite que la persona con párkinson pueda retrasar los estragos de la enfermedad hasta cuatro años, mejorando su calidad de vida.

Los resultados del tratamiento que ha sido patentado por el grupo «Solvay Pharma» fueron presentados ayer en Palma por las doctoras Inés Legarda y Arantxa Gorospe, adjuntas del servicio de Neurología de Son Dureta, junto al primer paciente que ha recibido este tratamiento en las Islas, el menorquín Jesús Trujillo acompañado de su mujer, Antònia, y Félix Berrocal, responsable de relaciones institucionales de la empresa farmacéutica.

Tal y como explicó la doctora Arantxa Gorospe, el parkinson es una enfermedad neurodegenerativa provocada por la falta de dopamina en el cerebro, una sustancia que se crea de forma natural y que se intenta sustituir de forma artificial con la intención de mejorar los síntomas de los pacientes con párkinson.

El tratamiento presentado ayer consiste en colocar una sonda que administra por vía intestinal al paciente un gel de levopoda y carbidopa, que está sujeta en un envase portátil que lleva una cinta para sujetarlo al cuerpo y permite aplicar la dosis necesaria con una bomba programable que brinda al médico y al paciente la posibilidad de ajustar las cantidades de medicamento necesarias.

Jesús Trujillo, el paciente que ha probado este medicamento durante dos meses, señaló que «me ha cambiado la vida» y que le ha retrasado los efectos de la enfermedad «en tres o cuatro años».

El paciente, que se hallaba en un estadio de la enfermedad muy avanzado, afirmó satisfecho que «ahora tengo mucha más movilidad».