Las tradicionales fiestas del Vermar y el desfile de carrozas siempre se caracterizan por su aire simpático.

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Las populares fiestas del Vermar están llegando a su fin y, como no podía ser de otra manera, ayer se celebró el tradicional desfile de carrozas que, como cada año, fue multitudinario.

La amenaza de lluvia no impidió que participantes en las 63 carrozas y el multitudinario público se lo pasara en grande viendo en largo desfile.
Muchas carrozas llevaban unos grandes equipos de música que hacían pensar que eso más que una carroza era una discoteca y los participantes, todos vestidos con el tradicional traje de payés, bailaban al son de la música dance o al ritmo de la batukada, que también desfiló en Binissalem.

Este año, por primera vez se ha cambiado el recorrido del desfile y las más de 60 carrozas se concentraron en el polígono industrial para empezar su andadura por las principales calles de la localidad. El desfile de carrozas duró unas dos horas y terminó con la actuación en la plaza de 'Tall de Vermadors' y 'Els Dansaires Esbart del Mollet'. El gran protagonista del desfile de carrozas, y de todos los actos de las fiestas del Vermar, es el vino y grandes y pequeños reflejaron de la mejor manera el alma de la fiesta, siempre con la uva presente. Unos se disfrazaron de vikingos, otros montaron una exposición del mundo del vino encima de la carroza y otros la dedicaron al pequeño comercio.

M.Nadal
(texto y foto)