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El diseñador mallorquín José Miró cerró ayer por la mañana los pases del último día de Pasarela Cibeles, el principal escaparate de la moda española, en su 46ª edición, junto a la creadora isleña Carmen March que precedió a Juanjo Oliva. Fueron doce minutos en los que una veintena de modelos exhibió en el principal foco nacional de la moda los vanguardistas diseños de Miró. Pantalones de vinilo ajustadísimos, hombreras romanas, cascos espaciales y un espectacular vestido de paracaídas deleitaron a los 500 asistentes (mitad periodistas y mitad invitados del creador que vive en Lloret de Vistalegre) que aplaudieron a rabiar en tres ocasiones.

Sobre su trabajo, Miró lo definió como «inspirado en el manga japonés».
Su desfile se dividió en dos partes. La primera, «la cándida, infantil, tierna, ingenua... colegialas que, como contrapunto, llevan vestidos sexis y cortitos» y, la segunda, «es lo contrario: agresividad, parte oscura, energía, fuerza, superpoderes... más estilizado en cuanto a tejidos supertécnicos que van como segunda piel y vestido de paracaídas haciendo volúmenes muy especiales». Su principal modelo fue Laura Sánchez que encabezó el desfile. El creador reconoció que la importancia de Pasarela Cibeles radica en que le permite ser más conocido por el público en general. «Sirve para promocionarme en un mundo en el que hay mucha competencia». Y se refirió a la calidad y a la constancia en su labor. «Con tantos diseñadores que hay, es difícil destacar, y sobre todo si lo haces desde el trabajo personal, no llamando la atención de cualquier manera». El secreto es «trabajar un producto bueno, con calidad y creatividad.

Vivir en una isla le permite incrementar el nivel de creación. «La Isla influencia muchísimo. Te ofrece una manera de vivir muy especial, te ayuda a desconectar, te relajas y eso favorece que tus ideas fluyan con mayor facilidad». En cambio, las grandes ciudades aplastan la fantasía. «Madrid es una urbe muy grande y está lleno de gente. Todo el día te rodea gente de la moda, haces actos... y eso es muy absorbente; acabas mareado».