TW
0

Martes 18 de septiembre de 2007. Hora: 8.15 de la mañana. La hora fijada por la UIB para que sus futuros alumnos se concentren en los diferentes puntos del campus para realizar la tan temida Selectividad.

Nervios, algunas lágrimas histéricas (todo cabe para calmar los ánimos), repasos de «ultimísima hora», dudas de último momento y muchos silencios angustiados. Así son las pruebas de acceso a la Universitat.

Según datos proporcionados por la UIB, un total de 928 estudiantes de Bachillerato del archipiélago comenzaron ayer una «larga penitencia» de tres días llamada Selectividad, que, si superan, les permitirá acceder a una diplomatura o una carrera universitaria durante los próximos años.

El año pasado un total de 929 alumnos se presentaron a la convocatoria de septiembre de Selectividad, de los que un 71.3 por ciento aprobó; mientras que a la convocatoria de junio de este año accedieron 2.529 alumnos, de los que un 88'9 por ciento superó la prueba.

En esta convocatoria de septiembre, del total de alumnos matriculados para las pruebas, 769 (el 82'87 por ciento) son de Mallorca, 95 son de Eivissa, 59 son de Menorca y cinco proceden de Formentera, pero todos sienten los mismos nervios a la hora de afrontar los primeros exámenes.

08.30 h: Entrada en tropel, la angustia no permite un gran orden; comprobación de listas y entrega de etiquetas.
09.00 h: Comienza el primer examen; lengua española y literatura. Sólo una hora y media para hacerlo y a descansar durante media hora antes del segundo examen, lengua catalana y literatura.

Entre tanto estudiante, hay una finalidad común, pero muchas historias diferentes. Por ejemplo, dos amigos como Juan Pablo Martín y Carlota Cañellas tienen 19 años, quieren estudiar arquitectura técnica pero, mientras que Carlota es primeriza en esto de la Selectividad, Juan Pablo se presenta por segunda vez ya que, aunque aprobó en la convocatoria de junio, no sacó la nota suficiente para entrar en la carrera que quería. Así que, este verano, ha estado apuntado en una academia estudiando «como un loco» , mientras que Carlota ha preferido estudiar por su cuenta. Eso sí, si no consiguen entrar en Arquitectura técnica, aunque creen que, al menos el primer examen, ha sido muy asequible, van a optar por el Diseño de Interiores.