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La dirigente socialista, y presidenta del Consell de Menorca, Joana Barceló, parecía anoche la mujer más feliz del mundo. Durante un fiesta organizada por el PSOE en Palma, concretamente en es Molinar, para celebrar unos resultados electorales que han llevado a los socialistas a presidir la práctica totalidad de las instituciones políticas de las Islas, Barceló lanzó un mensaje claro: «No podemos fallar».

La presidenta menorquina hizo estas y otras declaraciones a los medios de comunicación ya que no hubo discursos durante la celebración.
Aunque la plana mayor del partido, y del nuevo poder político de las Islas, estuvo presente en Es Molinar, se optó por una celebración sin discursos. El PSOE cedió el protagonismo a la gente y la única intervención corrió a cargo de un periodista que, además, forma parte del grupo Rock and Press, Carlos Garrido.

El presidente del Govern, Francesc Antich; la alcaldesa de Palma, Aina Calvo; la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol; la presidenta del Consell de Menorca, Joana Barceló y decenas y decenas de representantes del nuevo poder (incluidos tres consellers: Moragues, Thomás y Carbonero y diversos cargos públicos) se dieron un «baño» de militancia de base y, sin hablar en público, pudieron escuchar las conversaciones de la gente. Dos de los comentarios más oídos fueron «ya era hora» o «hacía falta».

Antich, Calvo, Armengol y Barceló comentaron sus impresiones con los medios de comunicación e, individualmente, con la gente que se acercaba para tomar contacto con ellos. La presidenta del Consell, emocionada, fue la que mejor transmitió el sentimiento que tienen ahora los socialistas.

«Estamos aquí para celebrar que se ha cumplido la esperanza de mucha gente», dijo la presidenta menorquina quien explicó que «no podemos fallar».
«Nunca más -dijo- un gobierno que se imponga sobre los ciudadanos»», comentó la presidenta insular mientras sonaba sobre el escenario un grupo de habaneras y algunos de los protagonistas del cambio, es decir la ciudadanía, mostraba su satisfacción por lo sucedido. Una diputada estatal, Miriam Muñoz, y un diputado autonómico, Francesc Dalmau, llevaban ayer el bar. Es decir que eran los encargados de distribuir los vales de un euro que luego servían para conseguir la cerveza (o refresco) y el bocata.

Antich, Armengol y la alcaldesa Calvo también transmitieron a los medios su sensación de agradecimiento.
La fiesta, iniciada a las nueve, se prolongó varias horas. Fue, eso sí, una fiesta sin discursos.