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Ayer por la tarde, entre el bullicio típico del aeropuerto de Son Sant Joan, llegó un grupo de turistas muy especial. Una treintena de niños de entre seis a diez años irrumpieron en la terminal de llegadas y entre risas siguieron a los adultos que los han acompañado en un viaje que ha cruzado toda Europa. Y es que esos niños son huérfanos de Murmansk, en el ártico ruso, y la ONG Infants del Món los ha traído a Mallorca para que pasen con familias de acogida varias semanas de vacaciones. Murmansk es una de las zonas más septentrionales de Rusia, con cuatro meses de oscuridad permanente y otros cuatro en los que nunca se pone el sol. La región, que está colindante con Finlandia, tiene apenas un millón de habitantes repartidos en un territorio dos veces más grande que España. En dicha zona hay aproximadamente 4000 huérfanos, de los cuales treinta y tres han sido seleccionados por la administración rusa para que disfruten de una estancia en la Isla.

Infants del Món es una ONG que desde hace trece años realiza proyectos para mejorar la situación de los niños rusos. Su presidente, Sebastià Roig, explicó que traer a los pequeños a que pasen unas vacaciones en nuestro país es «la punta del iceberg». Y es que entre otros proyectos Infants del Món ha rehabilitado un horfanato en Siberia y próximamente enviará un equipo médico a Murmansk. Los pequeños que ayer llegaron tuvieron que realizar un viaje de 36 horas, teniendo que viajar en tren desde su hogar hasta Moscú y desde ahí un vuelo a Barcelona, donde cogieron el vuelo con el que han venido a la Isla, en la que estarán hasta el dos de agosto.

Al encontrarse por primera vez con sus familias de acogida a muchos pequeños les invadió la timidez y algunos incluso rompieron a llorar. Por el contrario las familias, algunas de las cuales llevan años acogiendo, no perdieron la sonrisa en ningún momento, y se llevaron a los niños a pasar unas vacaciones lo más divertidas posible.

Cristóbal Ripoll