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Atención a la portada de este periódico del miércoles día 13 de junio. «PSOE y UM ultiman un pacto que da la Alcaldía a Calvo con el voto de Nadal». La portada de Ultima Hora destacaba esa mañana sobre los demás periódicos en el despacho de Miquel Nadal, en el Consell de Mallorca, donde estaba el candidato de UM.

Había quedado a media mañana para tomar un café. Lo intentó en el Diplomatic, pero estaba lleno de fotógrafos y optó por el Café Moderno. Tampoco fue posible porque el bar estaba tomado por los concejales del PP, que acababan de salir del último pleno de la legislatura de Cort. Nadal y su acompañante se dirigieron a Can Joan de s'Aigua.

A la misma hora, Aina Calvo, en la sede del PSOE, miraba la misma portada del periódico. También había quedado para tomar un café. Salió de la sede del PSOE en la calle Miracle acompañada por uno de sus fieles. Atravesó la Plaça Salvador Coll, un tramo de la calle Carnisseria y giró a la izquierda en la calle Can Sanç donde continuó hasta llegar a Can Joan de s'Aigua. Fue un encuentro absolutamente fortuito, tenso para ambos cuando se saludaron, pero determinante en el resultado final del pactos. Los escasos minutos que estuvieron conversando bastaron para que Calvo se fuera convencida de la intención de Nadal de apoyar su elección ese mismo sábado y para que Nadal se fuera más tranquilo después de que el partido nacionalista hubiera decidido apoyar a Calvo sin condiciones previas. El nudo de Palma acababa de desenredarse y el pacto de UM con la izquierda echaba a andar.

Palma era el último escollo importante que quedaba para cerrar un acuerdo que ya llevaba diez días fraguándose. El día después de las elecciones, Joana Barceló, que acababa de revalidar su victoria en Menorca, llamó por teléfono a Maria Antònia Munar. Esta vez no habrá problemas porque queremos que haya un gobierno fuerte en el que también debería estar UM, vino a decirle. Los socialistas, con Barceló jugando un papel destacado, llevaron la iniciativa desde el primer momento.

La primera oferta del PSOE a UM fue también telefónica. Se hizo el viernes de esa misma semana y en ella se ofrecía la Presidència del Parlament a Munar y gobiernos compartidos en el Govern y Consell. Para superar la dificultad de Palma, los socialistas propusieron que Nadal dejara el Ajuntament para incorporarse al Govern como vicepresident de Antich.

La ejecutiva de los nacionalistas analizó el sábado la oferta del PSOE y desde el principio quedó claro que la opción de pactar con la izquierda era casi unánime lo cual, a su vez, implicaba el sacrificio de Miquel Nadal. Esa noche, los nacionalistas de Palma celebraban su triunfo en la discoteca Abraxas pero bastaba con ver la cara de los dirigentes palmesanos para ver que la procesión iba por dentro.

«No queremos presidencias», había dicho Munar esa mañana. Y quedó claro cinco días después. La portada del viernes, 8 de junio, «Munar acepta dar al PSOE la Presidència del Consell si hay pacto con la izquierda», causó sorpresa en el mundo político balear y hasta alguna sonrisa de incredulidad, pero la semana que viene Francina Armengol se convertirá en la primera socialista que alcanza la Presidència del Consell.

Y luego vino la portada del 13 de junio, la de Calvo y Nadal, y la reunión entre Matas y Munar y la oferta del PP que ni siquiera llegó a formularse. Fue en una comida en el domicilio de Josep Francesc Conrado de Villalonga que sirvió de poco porque Munar ya tenía su decisión tomada. Matas y Munar no se habían visto hasta entonces ni volverían a verse después hasta el día de la constitución del Parlament.

Francesc Antich, Francina Armengol y Joana Barceló siguieron negociando con Maria Antònia Munar, Bartomeu Vicens y Miquel Angel Flaquer, en el Consell o en la sede del PSOE, mientras los nacionalistas daban largas al PP. Hasta el miércoles, 20 de junio, día en que UM da el 'no' definitivo a Matas, un rechazo que provoca la portada de periódico más amarga para los populares. Viernes, 22 de junio: «Matas abandona».