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Recién comenzado el verano, las playas van tomando poco a poco el aspecto que lucirán en pleno mes de julio, cuando alguno de los espacios más emblemáticos de Mallorca, como es Trenc, regresan a la «normalidad» estival.

A punto de finalizar el mes de junio, y con temperaturas propias de la época, la creciente afluencia de bañistas se mezcla con la imagen típica de la venta de artículos playeros, turistas a pie de playa y una «inoportuna» acumulación de algas extraídas por tractores, restos que sirven para conservar la arena del litoral.

La imagen estelar del verano en es Trenc se repetirá el mes que viene, cuando miles de personas accedan a esta zona virgen de aguas cristalinas. La Conselleria de Medi Ambient del Govern balear se ha planteado establecer limitaciones de acceso a la playa. Al parecer, el ecosistema de es Trenc es muy frágil para soportar los usos masivos a los que se ve sometido cada verano. Es Trenc es un paraíso natural que tiene el indudable atractivo de una playa sin edificar. Los barcos, turistas, coches y bañistas no escapan de su poder de atracción y convierten esta zona de paseo invernal en un aluvión de turistas prácticamente imparable que nada tiene que ver con la imagen de sol y relax con la que se publicita en determinados folletos. La historia se repite. La playa de es Trenc es un símbolo de pureza y un imán para huir de las playas edificadas, aunque, lamentablemente, demasiado masificada.

M.A.