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El PP se prepara ya para su vía crucis particular. La renovación institucional e interna en las filas populares se precipitará desde la oposición. Jaume Matas previsiblemente abandonará la política en unos meses -algo ya anunciado por este periódico incluso antes de las elecciones si finalmente el PP no conseguía gobernar- y algunos de sus consellers no tienen claro ahora mismo si continuar o seguir los mismos pasos que el actual líder del PP.

La pérdida del Govern y del Ajuntament de Palma ha sumido a los dirigentes del PP en un estado de depresión y de profunda decepción, pero todos esperan recuperarse con las elecciones generales. Arrebatar el Gobierno central a Zapatero sería un balón de oxígeno para los dirigentes populares, que todavía no entienden los motivos por los cuales con 29 diputados en el Parlament y 14 concejales en el Ajuntament de Palma se quedarán en la oposición.

Diga lo que se diga, las críticas contra Matas en las filas populares no son mayoritarias. E.cat y el fichaje de Maria de la Pau Janer no han sido determinantes en el resultado electoral. Ni mucho menos. Esta no es la lectura que se hace desde las filas populares de manera general. La interpretación de lo ocurrido apunta como responsable a Maria Antònia Munar. En el PP lamentan haber apoyado durante cuatro años a UM en el Consell de Mallorca y de no romper ni una vez la disciplina interna. En más de una ocasión, Matas pedía a Estaràs que obligase a todos los consellers que votasen lo que dijese Munar. Nunca se rompió el consenso.

Desierto de cuatro años
Con la vista puesta en la oposición, en un desierto político de cuatro años, las elecciones generales pueden convertirse en el punto de partida de una nueva etapa en las filas populares. Matas abandonará su escaño en el Parlament y previsiblemente también dejará la presidencia del PP. Mientras tanto, el todavía presidente en funciones del Govern deberá liderar la oposición en el Parlament y mantener el control del PP.

El congreso regional de los populares será un punto determinante en la nueva etapa del PP balear. El congreso podría celebrarse en noviembre, pero previsiblemente el PP nacional determinará que todos los encuentros congresuales se convoquen después de las elecciones. Es decir, en abril o mayo del próximo año. El PP deberá buscar a su nuevo líder y al futuro candidato autonómico. Y el nuevo presidente del PP balear deberá encargarse de planificar la oposición y reestructurar la situación en Palma.

La gran incógnita es saber quiénes serán los dirigentes que estén dispuestos a iniciar una nueva etapa política. Los Font, Flaquer, Cabrer, Fiol, Rotger, Cabrer y Estaràs están ahora mismo muy decepcionados por la situación que están viviendo. Matas deberá trabajar a fondo para levantar el ánimo y poder afrontar con garantías la nueva situación política. Si Matas abandona el Parlament después de las elecciones, está prácticamente asegurado que Rosa Estaràs sea la líder de la oposición. Esto nadie lo discute, pero sí que está más abierta la sucesión. Carlos Delgado parece postularse para liderar el partido, pero su forma de actuar tiene bastantes detractores en el PP. Aunque haya ganado por mayoría absoluta en Calvià, su peso en las filas populares es bastante reducido. Rotger ya ha dejado claro que no será el recambio de Matas en 2011. Tampoco lo será Flaquer, aunque Miquel Ramis sí podría tener algunas opciones. Si Matas deja la presidencia del PP, tampoco es probable que José María Rodríguez siga como secretario general.