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La actividad de los aeropuertos de Balears genera al año la emisión a la atmósfera de 700.000 toneladas de gases contaminantes, lo que representa un 7 por ciento de la contaminación total producida por las Islas.

Aunque el dato puede no parecer muy elevado, la verdad es que ese 7 por ciento duplica la media europea, situada en el 3'5 por ciento. Hay que tener en cuenta que los aeropuertos de Balears mueven al año más de 22 millones de pasajeros. En total, Balears genera al año 9'9 millones de toneladas de gases contaminantes de efecto invernadero, aunque el cumplimiento del Protocolo de Kioto obliga a las Islas a reducir esa cantidad al menos hasta los 7 millones de toneladas en el año 2012.

El transporte aéreo es el más contaminante en cuanto a emisiones por pasajero. Según estudios internacionales, cada kilómetro recorrido por un pasajero de avión supone la emisión de 160 gramos de dióxido de carbono. En automóvil privado, se emiten 133 gramos; en tren, 39; y en autobús, 35.

El aprovechamiento del aeropuerto de Palma como «hub», centro de distribución de tráfico aéreo para determinadas compañías, supone una ventaja de comunicación para los residentes, pues disponen de más destinos y conexiones directas de desplazamiento, pero trae consigo el inconveniente de un mayor movimiento de aviones y, por tanto, de más contaminación atmosférica, sin contar con la contaminación acústica implícita.

Según los mismos estudios internacionales, el desplazamiento de un kilómetro de un pasajero de avión representa un consumo de energía 3'8 veces superior al de un pasajero por carretera y 18'6 veces más que el de un pasajero de tren.

Si en la Unión Europea el transporte aéreo representa el 13'6 por ciento de las emisiones contaminantes del conjunto del transporte, en Balears alcanza el 30 por ciento.

La actividad contaminante de los aeropuertos de Balears (7 por ciento del total) está por delante de la generada por el transporte público (2 por ciento) y los residuos (4 por ciento). Queda por detrás, a sólo tres puntos, de la contaminación generada por toda la industria balear (10 por ciento) y del transporte privado por carretera (15 por ciento). La actividad más contaminante de Balears es, con diferencia, la producción eléctrica, que supone el 51 por ciento de las emisiones de gases contaminantes de las Islas. La futura operatividad del enlace eléctrico y del gasoducto con la Península significará, según las previsiones del Govern, una reducción importante en las emisiones contaminantes de Balears.

Al movimiento de aviones en los aeropuertos, hay que añadir que en éstos se registran otras actividades contaminantes o impactantes: consumo de energía (Son Sant Joan es el mayor consumidor de energía de Balears), generación de residuos, consumo de agua y producción de aguas residuales, ocupación de suelo, efectos sobre la biodiversidad y la ya mencionada contaminación acústica.