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El estudio de los impactos de la actividad económica en Mallorca sobre el mar, elaborado por el GOB con el apoyo y la financiación de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Medio Ambiente, y el Fondo Social Europeo, detecta deficiencias en la gestión ambiental de los clubs náuticos, excesos en la pesca profesional y recreativa, y numerosas infracciones en la ocupación de la costa.

El estudio, dirigido por el biólogo Antoni Font, ha sido dividido en cuatro apartados: instalaciones náuticas (puertos, clubs náuticos y marinas), talleres y mantenimiento de embarcaciones, pesca, y uso y masificación de las playas.

En lo que se refiere al primer apartado, Font explicó que «todavía existen deficiencias en la gestión ambiental de puertos deportivos y clubs náuticos. Muy pocos, aproximadamente una cuarta parte, cuentan con certificaciones de gestión ambiental y casi el 20 por ciento de los talleres de embarcaciones encuestados en 2005 reconoció no hacer uso de los gestores de residuos peligrosos». Font recordó que Balears alberga actualmente unos 19.000 amarres de puertos deportivos y clubs náuticos, casi duplicando los 10.000 de toda Grecia.

En cuanto a la pesca, el director del estudio señaló que «la pesca de arrastre por encima de los 150 metros de profundidad causa daños importantes a los ecosistemas marinos, cuando se podría recurrir a métodos más selectivos. Estos pesqueros llegan a lanzar por la borda entre el 59 y el 69 por ciento de lo que capturan. Con frecuencia pescan en fondos prohibidos, inferiores a los 50 metros».

Según los cálculos del estudio, la pesca recreativa extrae 1.209 toneladas de peces y otras especies, lo que vendría a ser la mitad de lo que captura la pesca profesional en Mallorca. Antoni Font indicó que «hay más de 40.000 licencias de pesca recreativa concedidas y numerosos pescadores ocasionales sin licencia, que podrían ser un 30 por ciento de los primeros, es decir, unos 12.000. Por su parte, la pesca submarina ha ocasionado una seria disminución e incluso el agotamiento de especies sedentarias en fondos poco profundos. En este sentido, observamos que las capturas de las competiciones de pesca celebradas en Balears desde 1975 han ido disminuyendo a causa de la sobreexplotación». Finalmente, en el apartado de uso y masificación de playas, el estudio se remite a otra investigación de la UIB en la que se demuestra la regresión de las playas no urbanizadas, con importantes pérdidas de arena y destrucción de dunas. Antoni Font apuntó que, en 2006, la Demarcación de Costas de Balears abrió 181 expedientes por infracciones a la Ley de Costas. En Mallorca, 108 expedientes se incoaron contra los adjudicatarios de la explotación de las playas por instalar más hamacas y sombrillas de las permitidas.

El biólogo del GOB también denunció la retirada, durante el invierno, de los restos de posidonia en las playas, además con maquinaria pesada, cuando la posidonia retiene la arena.