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La regidora de Serveis Socials, la popular Margalida Ferrando, presentó ayer el balance de los programas intergeneracionales 'Viure i Conviure' y 'El dia de les padrines', así como de los seis proyectos comunitarios con personas mayores que a lo largo de 2006 se han llevado a cabo en los Centres Municipals de Serveis Socials (CMSS), en los que se ha atendido a un total de 230 personas.

La edil señaló que el Ajuntament «desarrolla diferentes actuaciones orientadas a la mejora del bienestar y la calidad de vida de las personas mayores», y recordó que diferentes estudios indican que las personas mayores «quieren envejecer en su casa y permanecer, siempre que la situación lo permita y reciban las atenciones que precisen, en su entorno habitual». En este sentido, hizo referencia, además de a las iniciativas citadas, a las prestaciones domiciliarias que ofrece Cort a través del 'Servei d'Ajuda a Domicili', el 'Servei de Menjar a Domicili' y el 'Servei de Teleassistència'.

Ferrando destacó que los objetivos básicos de 'Viure i Conviure' y de 'El dia de les padrines' son favorecer la relación entre generaciones, promover y facilitar relaciones solidarias y afectivas entre generaciones a través de una convivencia que refuerce el respeto y el conocimiento mutuo, proponer medidas alternativas para afrontar el problema de la soledad en las personas mayores, y fomentar la transmisión de conocimientos, así como el respeto y la comunicación entre generaciones, ya que la transmisión y la recepción son herramientas que educan emocionalmente.

La población destinataria de 'Viure i Conviure' son personas mayores que viven solas y personas jóvenes universitarias. Gracias a este programa, la persona joven puede alojarse en casa de una persona mayor, compartiendo así ambas una experiencia de convivencia, sin que haya ninguna contraprestación económica.

Carmen Escudero, persona mayor que ha participado en 'Viure i Conviure', y el estudiante Antoni Ramon Calafell, que también ha participado en dicho programa, hicieron una valoración muy positiva del mismo. «Ha sido una experiencia fantástica, muy buena, y el próximo año quiero volver a participar en este programa», dijo Escudero, quien señaló que desde que quedó viuda había sentido «el peso de la soledad». Calafell, por su parte, señaló que «los jóvenes necesitamos a la gente mayor, porque tiene mucho que enseñarnos por la experiencia de toda una vida».