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La Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y Guardia Civil en Balears entregó ayer sus premios a los socios nonagenarios y a quienes celebraban sus bodas de oro matrimoniales, en el quincuagésimo aniversario de la fundación de la entidad y precedida de una misa por su patrono, San Hermenegildo.

Como colofón al homenaje a los veteranos de la Hermandad, el comandante general de Balears se dirigió a los reunidos para señalar que la vida profesional de los militares no concluye estrictamente con su retiro, sino que por vocación de servicio a la sociedad se extiende durante toda su existencia «sin merma de sus ilusiones».

Al acto -trasladado por la lluvia del claustro a un salón de actos interior del antiguo Hospital Militar-, asistieron altos oficiales en el archipiélago de la Marina y el Ejército del Aire, así como del Ejército de Tierra, encabezados en este caso por el comandante general de Balears, general de división José Emilio Roldán. Como autoridades civiles, se sumaron a la celebración la vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs, y la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer.

En la entrega de distinciones de esta entidad -creada en Valladolid en 1957 con el nombre de Hermandad de Retirados, Viudas y Huérfanos de las Fuerzas Armadas-, hubo un primer y especial capítulo para la medalla al mérito, concedida por la junta nacional de la Hermandad a Andrés Villalonga, que durante una década fue vocal en Balears de «Ayuda al compañero».

Seguidamente se procedió a la entrega de los premios a nonagenarios y a matrimonios en sus bodas de oro -no fue posible por motivos de salud la asistencia generalizada de los 33 citados en el primer caso y 14 en el segundo-, con emotivas escenas por parte de los protagonistas y de sus allegados.