TW
0

Las vacaciones de Semana Santa nos están resultando pasadas por agua y, en estas circunstancias, descartados los planes tradicionales para esparcirse con familiares y amigos -playa, excursiones, paseos...- nos queda la alternativa perfecta que, además, tiene un excelente sabor. Se trata de la Mostra de Cuina Mallorquina, que este año celebra su XXIII edición y trae, como siempre, las más sugerentes propuestas gastronómicas a precios para todos los bolsillos.

A buen resguardo de la lluvia, el recinto de Son Rossinyol nos recibe -en cinco mil metros cuadrados- con una tentadora carta elaborada por diecinueve restaurantes, catorce bodegas, cinco pastelerías y dos escuelas de hostelería, además de varias empresas del ramo que ofrecen productos variados.

Un verdadero deleite para los sentidos, donde los aromas y los sabores se mezclan con el bullicio y un festival de texturas para degustar. Mayores, jóvenes y niños se dan la mano alrededor de las mesas, eligiendo en cada visita un nuevo plato, pues lo ideal, para los amantes de la buena «cuina mallorquina», es conseguir probarlos todos. El rostro de los comensales ya lo dice todo. ¡Qué placer! Un placer, verdaderamente, al alcance de todos: 2'80 euros por plato. Y si ya lo han probado todo, aún les queda asistir a las catas de vino y a las demostraciones culinarias. Todo un espectáculo.

R.D.