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Una de las principales novedades competenciales del nuevo Estatut es la puesta en marcha de un cuerpo de policía autonómica. En principio, el Govern se está planteando la posibilidad de crear una policía autonómica integrada por los distintos cuerpos de policías locales de Balears. No hay nada decidido, pero el Ejecutivo ya ha dejado claro que la futura policía autonómica de Balears no tendrá nada que ver con los cuerpos que ya funcionan en Euskadi y Catalunya. Por lo tanto, la opción de integrar a todas las policías locales en un cuerpo autonómico es la primera opción. Sea como sea, el diseño definitivo de la policía autonómica se cerrará la próxima legislatura, después de las elecciones del 27 de mayo.

La única propuesta que ha hecho el Govern hasta ahora no parece demasiado ambiciosa. Que el Ejecutivo se plantee una policía autonómica que agrupe a los cuerpos locales no parece, de ninguna manera, una buena solución. Los policías locales tienen unas misiones específicas, desde hacer cumplir las ordenanzas municipales hasta la regulación del tráfico en las ciudades y pueblos, que tienen poco que ver con las misiones que debe desempeñar una policía autonómica.

Es obvio que no es fácil poner en marcha una policía autonómica y que será un proceso largo. Pero la idea de que la simple suma de todos los efectivos locales dé como resultado una policía autonómica no tiene ningún sentido. Para eso no hacía falta incluir la creación de la nueva policía en la reforma estatutaria. ¿Es malo el modelo de Euskadi o Catalunya? ¿Es excesivamente ambicioso para nuestras necesidades? ¿Demasiado nacionalista? ¿Nos parece adecuado el vigente reparto de competencias entre Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local de cada municipio? Estas son preguntas que deben plantearse la sociedad balear y sus fuerzas políticas. Si nos consideramos una nacionalidad histórica, una autonomía auténtica, debemos buscar una solución mejor que un simple apaño. Eliminar la Policía Local es un disparate.