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Con luz y taquígrafos. El titular del Juzgado de Instrucción número 12 se ha dirigido al fiscal Anticorrupción de Balears, Juan Carrau, y los abogados personados en el «caso Andratx» para que estén presentes en la apertura de la caja de caudales intervenida al ex director general d'Ordenació del Territori poco después del inicio de la «operación Voramar».

La caja fuerte está depositada en La Caixa, y puede contener datos «muy valiosos» en la investigación de la supuesta trama de corrupción urbanística en Andratx, según cree el Ministerio Público.

El abogado defensor de Massot, Miquel Capellá, discrepó ayer de esa opinión del fiscal. «Creo que no encontrarán nada relevante», dijo a Ultima Hora. El juez, a instancias del fiscal, ordenó bloquear las cuentas bancarias de Massot, y también de los otros dos imputados en la causa, el ex alcalde Eugenio Hidalgo y el celador municipal Jaume Gibert, en sendos autos dictados el pasado 27 de noviembre, día en que empezó a desarrollarse la «operación Voramar».

En el auto, y refiriéndose a las actuaciones contra Massot, el magistrado Latorre explicaba que «se trata de investigar la situación económica real de los investigados y las verdaderas actividades y operaciones de las sociedades que poseen o controlan». Por eso, tras intervenir decenas de documentos en el domicilio de Massot, en la calle Fray Junípero Serra, y de bloquear sus cuentas, ordenó incautar una caja de caudales depositada en La Caixa.

Massot sólo permaneció detenido tres días en la Comandancia de la Guardia Civil, ya que cuando compareció ante el juez, éste decretó su puesta en libertad bajo fianza. No ocurrió lo mismo con Hidalgo y Gibert, que pemanecieron diecisiete días presos en la cárcel de Palma, hasta que quedaron en libertad bajo fianzas de 100.000 y 60.000 euros, respectivamente.

El ex director d'Ordenació del Territori del Govern fue protagonista involuntario de una conversación telefónica de Cinta Moya, aparejadora del Ayuntamiento, «pinchada» por la Guardia Civil, en la que ésta le calificaba de «cabeza pensante» de la trama de Andratx, al tiempo que admitía que era «muy listo y que se iba a escaquear».

Una de las cuestiones que más sorprendieron a los investigadores fue que Massot controlaba, desde su domicilio, la sociedad Balear Helvética SA, dedicada a la promoción inmobiliaria. Según el juez, el ex alto cargo del Govern pudo emplear esa sociedad para efectuar blanqueo de dinero procedente de supuestas actividades delictivas.