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Sólo por Sant Sebastià es posible visitar las cuevas de Bellver. La entrada es gratuita, no hay límite de edad, el camino no entraña dificultad y está iluminado. El recorrido se realiza en grupos guiados y su duración es inferior a media hora. La cueva de Bellver es también conocida como cova de na Joana. Una bruja que aparece en las rondalles convertida en gato negro asustando a los intrusos y maldiciendo a todo aquel que comiera de su higuera con terribles dolores de estómago.

La cueva es en realidad una cantera de marés de la que se extrajo parte de la piedra con la que fue construido el castillo en 1300. La «historia» dice que albergó a quienes huían de la peste que asoló Palma en el siglo XVI.

La cantera, de 40.000 metros, pudo estar dotada de una serie de túneles que la conectaban al propio castillo, a la Capella de San Alonso, a sa Riera o al Palacio de la Almudaina. Túneles al parecer dinamitados por los militares en la Guerra Civil. Durante años ha desempeñado funciones de polvorín y almacén.

C.A.