Los pequeños quisieron probarse las máscaras de otros años para empezar a ensayar «Jo i un pastor».

TW
0

La maquinaria de Sant Antoni empezó ayer a calentarse en sa Pobla con la primera edición del taller para diseñar cabezudos dirigido a los más pequeños. Desde las cinco de la tarde sesenta niños acompañados de madres, abuelas y otros familiares acudieron a Sa Congregació para seguir las instrucciones de la biblotecaria Maria Mir y elaborar con globos, papel y cola el esqueleto del cabezudo con el que el próximo sábado podrán bailar al son de la mítica canción «Jo i un pastor» en la plaza del ayuntamiento. Ayer, la nariz, las orejas, las cejas y la forma de la cara del cabezudo cobraron forma. Tras todo un día de secado en casa, llegará el turno de los pinceles y de la imaginación. Muchos empezaban ayer a idear la cara y los colores de su propio cabezudo. Algunos pequeños quisieron incluso probarse máscaras elaboradas en ediciones anteriores y ensayar con un bastón los golpes y los giros del himno de los pequeños en sa Pobla, la canción «Jo i un pastor» que la mayoría empiezan a entonar casi desde la cuna.

«Con este taller fomentamos la imaginación y ayudamos a que los niños entren ya en plena fiesta. El sábado saldremos en comitiva hacia la plaza y allí será dónde cada uno vivirá sus cinco minutos de gloria», explicaba ayer Maria Mir, que empezó a realizar este taller hace cinco años.

Aunque la elaboración es sencilla, ayer sobre las mesas había más abuelas, madres, padres y familiares de los pequeños poniendo cola que niños. De hecho, muchos preferían probarse los cabezudos de otros años o ensayar la canción «Jo i un pastor» en el patio de Sa Congregació que ponerse manos a la obra.

Durante esta semana tendrán tiempo para ver su cabezudo acabado y elegir la capa con la que danzarán el sábado.

Marta Medrano