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JULIÀN AGUIRRE
Entre lágrimas y nuevas amistades transcurrió la primera mañana de colegio para miles de niños y niñas de Infantil que comenzaron ayer, en Mallorca, el curso escolar 2006/07. Los más pequeños fueron los protagonistas de una jornada que estuvo marcada por el reencuentro de muchos amigos, profesores y compañeros de clase que volvían a compartir aula tras las vacaciones de verano. El colegio Santa Magdalena Sofía, de Palma, uno de los muchos centros escolares de la Isla que vivieron ayer una ajetreada, ordenada e intensa mañana, fue objetivo de nuestras cámaras cuando la puerta del aula 35, en el tercer piso del edificio, era cerrada tras la marcha de los padres de los pequeños alumnos. El motivo no era otro que conocer las primeras horas de estos pequeños en las aulas, horas algo difíciles en el proceso de adaptación a la nueva vida docente.

Al principio, como es natural, todos quieren irse a casa, con mamá o papá. Incluso, ¡me quiero ir contigo! insistía uno de los pequeños ante nuestra presencia, siguiéndonos por cada rincón de la clase. Tan sólo serían unos siete u ocho pequeños los que lloraban, porque el resto se mostraba más bien expectante en su nueva aula.

Acostumbradas a este «drama» del primer día de clase, las profesoras, dotadas de gran paciencia por la madre naturaleza, intentaban calmar a los niños que lloraban incesantemente, secándoles las lágrimas o desviándoles la atención con juguetes o muñecos. Ojos hinchados y algunos hasta desgastando el llanto, sin lágrimas de tanto que habían llorado, suspiraban y llamaban repetidamente a su mamá. Así transcurren las dos primeras horas de clase, aunque algunos se pasan los primeros días pataleando y llorando, pero los que menos. Son horas de primer contacto, de saber lo que harán en los próximos meses, juegos y entretenimiento para los más pequeños para que aprendan de la manera más divertida y amena. Para los mayores la cosa cambia. Desde el principio conocen cómo será su calendario y las asignaturas que desarrollarán cada día. La pausa o tiempo de recreo a media mañana sirve para merendar y comentar con los amigos de clase cómo y dónde han pasado el verano.