Concretamente, Girona, Palma y Barcelona son las ciudades españolas con el pescado más caro. Xisco Bauzà, presidente del Gremio de Mayoristas y Detallistas de Pescado y Marisco, atribuye la hegemonía de Palma en los valores del pescado a que «en el conjunto de Mallorca, el 75 por ciento del pescado que se vende procede de la Península y el 25 por ciento restante, capturado en la Isla, es de calidad y, por lo general, presente valores por encima de la media».
Bauzà destaca que «las ciudades más caras son Girona, Barcelona y Palma, es decir, Catalunya y Balears, comunidades muy cercanas y que prácticamente comparten el mismo pescado».
Para el presidente de los peixeters, «en el caso de Mallorca, el transporte puede encarecer el precio hasta un 20 por ciento y esa incidencia se aplica sobre el 75 por ciento del pescado que se vende».
Aun así, Xisco Bauzà señala que «para que estos estudios tengan validez, deberían tomarse los datos de precios en diferentes ciudades, pero el mismo día y de las mismas especies. Si no se hace así, los estudios pierden credibilidad, pues el pescado es uno de los productos que sufre mayores oscilaciones de precio en menos tiempo por múltiples factores: meteorológicos, un gran volumen de capturas de una determinada especie, una gran demanda puntual, etc. Por ejemplo, en Palma, del martes al miércoles pasados, el precio de la sardina bajó un 50 por ciento. La gamba grande también sufrió oscilaciones de este tipo. El estudio dice que Barcelona es cara, pero mi propia empresa ha comprado allí pescado más barato que en Galicia».
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