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La sociedad AMEBA (Agrupación Médica Balear), propietaria de la Policlínica Miramar, reconoció ayer una deuda de 32 millones de euros, de las cuales 12 millones, son exigibles a corto plazo, según quedó de manifiesto en el transcurso de una tensa junta general de accionistas, muy técnica, en la que tuvieron un gran protagonismo los abogados de las partes enfrentadas.

Los doctores Miquel Dalmau y Cristóbal Pizá controlan el 55 por ciento del capital social de AMEBA y, con esa mayoría, lograron aprobar los dos puntos del día, pese a las protestas del ex vicepresidente, y actual miembro del consejo de administración de la entidad, doctor Pau Ramis, y un grupo de pequeños accionistas que dirimen en los juzgados sus diferencias con Dalmau y Pizá.

El doctor Ramis, incluso, anunció ayer su intención de interponer una querella por estafa contra la cúpula de AMEBA si se le reclaman unas cantidades de dinero (4 millones, según un informe Gasso) que son «ficticias», dijo.

Según el facultativo, las cuentas presentadas en la junta general de accionistas revelan «la desastrosa gestión» de Dalmau y su equipo, y resaltó que fueron aprobadas «porque tienen la mayoría del capital social».

Los pequeños accionistas, asimismo, presentaron poco antes de la reunión, una protesta ante la presidencia de AMEBA por un error en la convocatoria, por lo cual, exigieron que no se celebrara. Pero, ese tema fue obviado por la mesa presidencial y la junta continuó su curso.

Después de aprobar el primer punto del día, el de las cuentas, los accionistas también dieron su conformidad a la dimisión del consejo de administración, que quedó reducido a cuatro miembros (los doctores Dalmau y Pizá, Ramón Guitart y Fernando Franch), cuestión que fue calificada de «montaje» por el doctor Ramis.

«Les molestaba la oposición y han creado un consejo de administración a su medida», dijo Ramis.