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Los aspirantes a entrar en la casa de Gran Hermano se dieron cita ayer para realizar las pruebas que componen la segunda fase del cásting.

Las pruebas de selección se realizaron en un hotel de Cala Major, al cual asistieron más de 200 personas. Todos los seleccionados debían haber superado la primera fase del cásting que consistía en realizar una llamada a un número de teléfono. A través de esta llamada se obtendría una clave para tener acceso a la página web del programa donde los aspirantes, entre otras cuestiones, debían rellenar un cuestionario además de hacer un resumen de su vida o simular que escribían un mail a un amigo.

En esta segunda fase, los seleccionados han tenido que someterse a varios test psicológicos, pruebas de cámara y una entrevista. Según Marta Moure, la coordinadora responsable del cásting, «el perfil de los participantes no está predeterminado, simplemente buscamos a personas extrovertidas y comunicativas que sean capaces de expresar sus sentimientos».

Dos son los aspectos que más motivan a los aspirantes a convertirse en «Grandes Hermanos»: la fama y el dinero, pero también hay excepciones como la de Miguel Pons, un contable de 36 años, que se presenta al cásting para demostrar a sus compañeros que la seriedad no es lo que más le caracteriza.

Por su parte, Estefanía Valero aspira a vivir una experiencia diferente.

Celia Heredia
Fotos: M.A. Cañellas