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JOAN J. SERRA
Un ejemplar de posidonia oceánica localizado en Formentera tiene 8 kilómetros de extensión y 100.000 años de edad, lo que le convierte en el ser vivo más grande y longevo del mundo. Esta planta marina, a través de sucesivas clonaciones, ha llegado a los 8 kilómetros de extensión a partir de una única semilla y es un único individuo genético.

En aguas de Formentera se han detectado hasta 5 clones de posidonia con una edad superior a los 100.000 años. El 9 por ciento de la posidonia en esa zona tendría al menos esa edad.

Estos datos son resultado de un estudio internacional impulsado por la Fundación BBVA en Mallorca sobre la desparición de praderas de posidonia oceanica. El estudio fue presentado ayer por los investigadores Carlos Duarte (del Institut Mediterrani d'Estudis Avançats), Sophie Arnaud y Salud Deudero.

El trabajo realizado en el marco de este proyecto señala que las praderas de posidonia están desapareciendo en el planeta a un ritmo de un 1-2 por ciento anual, cuatro veces superior a la tasa de pérdida de los bosques tropicales. En el Mediterráneo, la pérdida de posidonia se eleva hasta el 5 por ciento.