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Muchas gracias, Mallorca», éste es el mensaje que quieren transmitir públicamente Oli y los dos Tolos a la sociedad isleña. Y es que los mensajes de apoyo recibidos a través de la web oficial de la expedición han sido todo un revulsivo para los expedicionarios, que se han visto animados en todo momento gracias al aliento de todo un pueblo, que se ha volcado con esta iniciativa patrocinada por el Consell, GESA, Sa Nostra y el Grup Serra. Todo su esfuerzo a lo largo de cerca de dos meses se ha visto recompensado a través de aquellas personas que han dejado su huella en el ciberespacio.

Sin embargo, hoy por hoy las preocupaciones son relativas y la satisfacción grande. Oli y los dos Tolos sólo piensan en el éxito de su empresa, y sobre todo «en una sociedad que ha sabido relacionar el sentido de mallorquinidad con hacer algo especial. Tolo Quetglas, líder espiritual de la expedición, valoró que «gente que no sabía nada de nosotros, que no nos conocía, y que incluso no sabían nada de la alta montaña, ha vivido la aventura con ilusión y se la ha hecho suya. Muchos se han sentido reflejados en esta expedición. Eso no tiene precio». Los largos días en el campo base, hacia 39, ya han acabado. Oli hace sus planes de futuro, mientras los dos Tolos sólo piensan en reencontrarse con sus familias. Los tres sueñan con celebrar el éxito con todos los mallorquines. La expedición aterrizará en Palma el próximo día 30 de mayo. Este año, que han conseguido coronar la cima, seguro que son muchos los seguidores que se darán cita en el aeropuerto para darles la bienvenida.

«Esto ha sido demasiado», declaró Tolo Calafat, quien se quedó gratamente impresionado por la cantidad de personas que siguieron la progresión de los escaladores la madrugada del día 17 al día 18 de mayo, la noche de cima. «Es de agradecer que la gente vele toda una noche, siguiendo minuto a minuto nuestros pasos hacia el techo del mundo», añadió el expedicionario. En este sentido, su compañero Oli manifestó que «al ver la respuesta de la gente, te sientes orgulloso de ser mallorquín y de representar a nuestra Isla en el punto más alto de la Tierra». La expedición «Mallorca a dalt del tot. Everest 2006» continúa su marcha de retorno. Hoy llegarán a Lukla, donde se encuentra el aeropuerto que conecta la región de Solu-Khumbu con Katmandú. Ayer cubrieron en poco más de seis horas la dura etapa entre Periche (4.240 m.) y Namche (3.401 m.), con un desnivel acumulado próximo a los dos mil metros. Una avería en la zona puso en peligro las comunicaciones de la expedición, suerte de un generador eléctrico, que salvó la situación en el último minuto.

Joan Carles Palos